¡Un cero!

Decía yo, no ha mucho tiempo, que esta ciudad parecía más bien “una aldea con luz y con teléfono” dado los desastres que, desde hace ya muchos años, se vienen haciendo por parte de las distintas corporaciones. A veces, cuando ocurre un cambio en los que mandan (léase partido), precisamente por aquello del cambio esperamos que las cosas funcionen mejor e incluso sean un beneplácito para los ciudadanos y he te aquí que nos encontramos con que de las mejoras ¡Nada!, más bien siguen los desastres y de la luz… bueno eso es para nota, ya denunciado reiteradamente por el que aquí escribe.
Ahora estamos ya al principio de la Navidad. Nos anuncian, a bombo y platillo,  los que mandan en el Concello, que han contratado a otra empresa distinta de la de años atrás, la iluminación de las calles con motivos ad hoc de estas fiestas. Mira por donde, nos encontramos con que han colocado unos arcos de lucería de lo más cutre y, por si fuera poco, a estas alturas aún no los han colocado todos e, igualmente por si fuera poco, unos se encienden y otros están apagados. Ahora, cuando ya las distintas ciudades han engalanado sus calles con preciosa lucería, vemos con vergüenza que nuestra “aldea” es un esperpento inimaginable en estas Fiestas para vergüenza de todos aquellos que han votado “el cambio” y pueden comprobar que es para “peor gracias a Dios”.
Cuando se contrató a la empresa de iluminación... ¿No se le ha estipulado un plazo para encender la lucería?... ¿Se la ha escogido la misma de acuerdo con fotos o dibujos de los arcos a colocar y donde serían emplazados?, miren, señores del Concello, no nos vengan con que se iluminarán más calles que otros años, eso se da por descontado pero, si para ello se saca lucería de otro sitio o se hace más cutre, mejor, para no hacer el más espantoso ridículo, dejar la cosa como estaba. En términos vulgares se dice que eso es “desvestir a un santo para vestir a otro”.
Es inaudito y auténticamente detestable lo que está ocurriendo en nuestro “pueblo”. El abandono y desolación de nuestros jardines, de nuestras fuentes destrozadas y de falta de policía municipal que no hay ni para preguntar por donde “cae” una calle parece que los vilagarcianos no pagamos nuestros sufridos impuestos… pero los pagamos ¡Y de qué manera!
Se aprovechan, los que mandan, que mandan en un pueblo donde abunda el pasotismo, es decir: pasamos de todo y nadie alza la voz para protestar. Mucho comentario en “petit comité” pero a la postre comentario inútil y olvidadizo de inmediato. ¡Así nos va y se nos ve el pelo! Felicidades señores que mandan;  yo les pondría de nota… ¡Un cero!
 

¡Un cero!

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