El circo de los enanos gigantes

iempre se ha dicho que lo peor que te puede pasar es que montes un circo y que te crezcan los enanos. Hasta ahora. Quizás haya que potenciar el dicho para hablar de intentar vetar circos, que se rían de uno y que los enanos sufran de gigantismo. Eso es más o menos lo que lleva pasando en Vilagarcía toda la semana. Un circo quiere trabajar en la ciudad, se instala en una finca privada y el Concello le atranca la puerta con un camión, le corta la luz, el agua y el alcantarillado a las personas y a los animales. Se amenaza a los feriantes, hay al menos tres denuncias contra el gobierno y… y los niños disfrutan con el circo. ¿Por qué? Porque nadie se toma en serio a este alcalde…
Me imagino que esta semana ha leído poco la prensa. Porque no le tienen que gustar los titulares ni las portadas. Porque sabe que ha perdido la batalla, otra vez. Y porque tiene que leer las muchas denuncias que le han presentado. Quizás decida, y no sería mala idea, trasladar Alcaldía al Cavadelo. No para tener vistas al mar, sino porque allí está la Comisaría y el Juzgado, dos sitios donde no se habla de otra persona.
Supongo que cuando las urnas desalojen a quien tiene la mayoría menos holgada que se recuerda, puede meterse a promotor circense. Le acaban de dar todo un máster en sus narices (“rojas”) de cómo pasarse por el arco de fuego de los tigres cualquier veto que quiera imponer un alcalde como él. Tiene ventaja. Y ahora experiencia, porque todo el mundo damos por sentado que él mismo ha ido a inspeccionar, cámara de vídeo en mano, todas esas tropelías y malos tratos que dice que hacen los del circo. 
Es de suponer, porque si no, además del ridículo (eso no se lo discute nadie) habrá cometido un error bastante grave: atacar el artículo 24 de la Constitución, ese en el que se explica que todos tenemos derecho a la presunción de inocencia… “Excepto que el alcalde de Vilagarcía opine lo contrario”, habría que añadir en la Carta Magna. Lo comentaré en el Congreso la semana que viene, para ver el choteo que provoca en todas las bancadas del hemiciclo. Achaco esta salida de tono a que probablemente no se haya dignado a leerse la Constitución antes de entrar a trabajar en el Concello, a pesar de que cualquier funcionario con oposición sea el primer libro que se estudia…
Según yo lo veo, cualquiera de nosotros que tenga un animal y le castigue de la peor de las maneras para que sea calificado como maltrato es un ser deleznable. Correcto. Lo comparto fervientemente. Dejar a nuestra mascota sin agua me parece una de las mayores y más repugnantes torturas contra un ser vivo. Jamás se me pasaría por la cabeza. Si además mi mascota necesita electricidad porque sus necesidades vitales exigen ciertas temperaturas y desenchufamos el terrario, estaríamos ante un caso alevoso. 
Y si aún por encima sus deposiciones no las puedo eliminar porque no tengo acceso a la red de alcantarillado, sería el mayor de los escándalos. Pues bien… pregúntenle al alcalde de Vilagarcía cómo se las gasta para decir que defiende a los animales: cortándole el agua, la luz y el alcantarillado a esos animales y a los profesionales, que son personas, del circo. Afortunadamente, el juzgado le obligó a reponer los servicios básicos. Eso sí, el “sanbenito” de que no es precisamente el modelo a seguir para cuidar animales no se lo quita nadie en su vida.
Y por si esto fuera poco creo que entre ataque y ataque de “alcalditis vetadora” ha patinado en otro frente. Además de utilizar el registro del Concello a su antojo fuera del horario marcado, si él sabe o tiene pruebas de que se está cometiendo maltrato animal ¿por qué no lo ha denunciado? ¿Está siendo cómplice entonces de ese maltrato del que habla? Ojo, que es muy grave. Quizás no quiera hacerlo porque quizás el que peor ha tratado a esos animales se llame igual que el alcalde de esta ciudad…
Y así se baja el telón de esta función circense. El numerito del alcalde gruñón y sus payasos en la pista central han servido para la carcajada nacional. Eso sí, como es un circo de tres pistas, no estuvo mal el espectáculo de la pista multideportiva de Os Duráns que no quieren en Os Duráns, mientras que en el tercer escenario, el de A Coca, había un malabarista para intentar meter un compostero que nadie quiere. Ah! Y falta un personaje: Al que va a los plenos a vigilar dónde aparcan los coches los concejales en lugar de atender a lo que se debate, le vamos a regalar un peto amarillo, una gorra y un silbato, que al fin hemos encontrado su verdadera vocación. Ah! Y un lápiz, ese se lo regalo yo personalmente, que seguro que es lo que más le gusta…

El circo de los enanos gigantes

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