No matar las fiestas

No matar las fiestas es tan buen slogan como consejo. No se lo digo a Usted, lector de esta sección, que no es sospechoso de mover Roma con Santiago para aniquilar la tradición y los valores que nos hacen diferentes de los demás. El problema lo tiene un grupete de concejales, los que nos desgobiernan, obsesionados con destrozar cada uno de los festejos en los que los vecinos y las comisiones de fiestas se vuelcan durante meses para que luzcan y que desde el Concello solo le aportan trabas, problemas y dificultades.
Este grupete, diferencia el calendario festivo en varios grupos: Las fiestas que quieren reventar, como la de la Ameixa de Carril y las fiestas a las que le faltan al respeto, como a las del Carmen. Y me explico:
A la Ameixa de Carril, la única fiesta vilagarciana que está reconocida en solitario como de Interés Turístico Autonómico, la quieren dinamitar. Está claro. No hay un carrilexo que piense lo contrario. El alcalde ha negado hasta lo más básico, que es cumplir con las responsabilidades de dicha distinción. Llamémosle por tanto “irresponsable” por cargarle a la organización sus funciones. Esa dejadez es la habitual, así que tampoco extraña ya a nadie. Cada vez quedan menos días y cada vez quedan menos trampas en el repertorio del alcalde. La fiesta se va a hacer, a pesar de que lleven meses poniendo bombas en el camino de los organizadores. Aún tendrán el cuajo de querer ir a comer almejas o de ir a Carril para posar en las fotos. Flaco favor le están haciendo a esta ciudad y a esta fiesta. Ojalá se le indigesten las malas artes que están poniendo en práctica, porque las almejas, al ser las mejores del planeta, no le pueden sentar mal a nadie. También es cierto que las almejas no están hechas para las bocas de los… que quieren ahogarla.
Y esto entronca con el segundo tipo de fiestas de este gobierno. A las que les faltan al respeto. El Carmen de este año ha sido una nueva evidencia. Mientras algunos vivimos una jornada espectacular a bordo de una de las procesiones más bonitas y más vistosas de todas las posibles, los representantes políticos del PSOE faltaron a la cita y al respeto de los carrilexos y los vilaxoaneses. Otra vez. Después de compartir sentidas emociones por parte de los creyentes, los ateos, los marineros, los vecinos y hasta los visitantes, hubo en O Gato Negro el tradicional pincho como fin de fiesta. Ah! Ahí sí aparecieron. Se escuchó de todo, un amplio repertorio de insultos que no reproduciré aquí, pero una idea clara: “Para comer gratis e beber, son os primeiros…” No lo dije yo, aunque no discrepo. Está instalado a pie de calle. Para zampar y probar vinos y cervezas sí hacen hueco en esas agendas… Y entre sorbito y sorbito alimentan su soberbia soberbia. Que sigan así…
Miren, a las fiestas hay que protegerlas. O se miman o no se miman. Eso es voluntad política. Y el PSOE no las mima. Nosotros las impulsamos y las apoyamos, tanto a la Ameixa como As Revenidas. Tanto al Carmen como a San Roque. Tanto a las grandes del centro como a las pequeñas del rural. A todas. Fuimos, vamos y seguiremos yendo porque entendemos que las tradiciones hay que respetarlas. Porque la gente se esfuerza durante mucho tiempo para que sean un éxito y se colabora con recursos, pero también yendo a compartir los festejos. No hay que faltarle al respeto a nadie. No tenemos ni queremos destrozar fiestas. Nosotros vamos a donde se nos invita, apoyamos a la gente, a las tradiciones y al sentir vilagarciano. Otros, simplemente quieren el sillón y que le lleven pinchos y vinitos españoles. Si pudieran usar photoshop para aparecer en las fotos no irían ni a la primera. Cosas de la vagueza que les hace diferentes. Que tengan cuidado con los empachos de pinchos que de tanto pisarlos se los van a acabar clavando. Ya queda menos…

No matar las fiestas

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