Chascarrillos de viaje

Me he vuelto a subir al tren Alvia para realizar el trayecto A Coruña-Madrid y quisiera hacer hincapié en los numerosos chascarrillos que surgen en los andenes, los vagones o la cafetería, el auténtico crisol de historias para no dormir a lo largo de las doce horas que dura el viaje de ida y vuelta. Es el otro mundo que nunca vemos, pero que sabemos que está ahí. Una experiencia en la que todo tiene un sentido muy especial y que, cuando eres observador, acabas topándote con quienes suelen viajar mucho y dejan frases y conversaciones jugosas que reflejan la personalidad de cada uno de los viajeros que afrontan la aventura de un viaje, para algunos, “la mejor universidad de la vida” mientras que también los hay que estiman que les gusta coger su mochila y afrontar una visión particular que les hace sentir insignificantes.
Todo nace en la estación de San Cristóbal y concluye en Chamartín. A Coruña se va alejando por su abandonada periferia dejando el olor y el sabor a tierra mojada que la helada mañana nos regala. Al llegar a Santiago, no lo puedo evitar, me viene a la memoria la tragedia del Alvia. Es como decirte que apuestas a perdedor y pierdes. Nada puede salirte peor. Dejas la ciudad del Apóstol y la mirada se me pierde por mil y un rincones del tren y su paisaje todavía a oscuras. No tengo ningún reto. Tampoco sueño. Paso de las pelis que ofrece Renfe. Y surgen anécdotas de las que destaco la de dos jóvenes, ahora que tanto se habla de que los españoles apenas leemos, uno de los cuales le dice al otro que lo único que le interesa es Interviú y la contra del “As”.
Mientras unos roncan, hay quienes ponen a parir a las Campos y a la insoportable pandi de “Sálvame”. Y otra vez en la cafetería, por cierto, repleta de maletas enormes que dificultaba su estancia en ese espacio, un matrimonio mayor le explicaba a un joven sus vacaciones en Alicante. “donde multitud de viviendas se venden cada vez más” aludiendo también a Ourense, su destino: “Ourense es una aldea, ahí no se aprende nada. Una hora en Madrid te ilustra mucho más”. También había quien hablaba del copago: “Una vergüenza lo que nos están haciendo a los jubilados, y todavía más a los enfermos crónicos. Y tampoco acabo de comprender por qué a los jubilados se nos retiene el IRPF de la pensión si ya lo pagamos cuando trabajábamos”. Cuente con mi apoyo, amigo.

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