Miguel Mosquera

Un mesiánico Miguel Mosquera, el mismo que hizo grande el fútbol sala coruñés sin saber adónde podría llegar su imaginación, presagiaba que este deporte, que él mismo había impulsado, sería su gran legado. Era su visión de futuro. Su otro modo de luchar por un sueño. Quería hacer grande su Chaston y lo consiguió. El tiempo le ha dado la razón y acabó creando un equipo galáctico que se paseó por España llevando el nombre de A Coruña. Su fútbol sala ya estaba en la cúspide y en su día fue un auténtico estallido de audiencia y de influencia. Incluso, aseguraría que de viralidad. 
Ahora que, por fin, se le rindió el homenaje que se merecía (a pesar de una irritante relación de influencias cruzadas entre las federaciones de turno), no me resulta nada sencillo hablar de Miguel. Te hacía fácil y placentera la convivencia. Tenía un don especial, con una personalidad arrolladora que te conquistaba y que siempre acababa deslumbrándote con su insaciable inteligencia acompañada de su valiosa amistad y la cultura de su tiempo. 
Con él disfruté momentos del fútbol sala gloriosos con sensaciones imborrables que solo él era capaz de ofrecer. En su oficina del Chaston le sacábamos punta a todo. Eran los tiempos memorables de su equipo en la LNFS. Allí, entre bambalinas, compartíamos muchas de las filosofías futbolísticas en las que no siempre estábamos de acuerdo y, curiosamente, acabamos unidos en una guerra contra la vida gracias a la generosidad de los donantes de órganos.  
Pero, la ruleta de la vida quiso que Miguel falleciese el 25 de abril de 2008. Se dice que en esto de la muerte no hay distinciones. Es cierto. Todos tenemos que pasar por el aro. Y allá, en esa luz que dicen se ve al final del túnel, donde está el mismísimo Miguel, junto a los añorados Lolo Gantes y Nano, se debe estar muy bien, ya que nadie vuelve para contarlo. 
Y por fin, sus galácticos, unos ya muy veteranos y otros no tanto, se unieron el día 22 en Los Salesianos en la llamada catedral del fútbol sala coruñés convertida hoy en día en una simple parroquia de pueblo debido a la escasa repercusión que este deporte tiene ya en nuestra ciudad y sobre todo en ese escenario. Desde la grada, mucha nostalgia y grandes recuerdos. Y sobre la pista, además de las chicas del Viajes Amarelle y Torre, algunos “derrapes” de los grandes referentes de un club que hizo historia en nuestro país. Ellos también tienen su parte de mérito.

Miguel Mosquera

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