A la caza de la velocidad

A la caza de la velocidad
Radar en Alfonso Molina | Pedro Puig

La tecnología se impone. Avanza todo tan rápido que tiene sus beneficios y sus cosillas malas. Hablando de beneficios, por ejemplo, para las arcas del Estado. Nos referimos a los nuevos radares que la Dirección General de Tráfico ha puesto ya en manos de los agentes, más ligeros, más sensibles y de los que no se escapa nadie si va a una velocidad inadecuada. Antes, por poner un caso, cuando el radar saltaba solo pillaba a un vehículo infractor, ahora con las nuevas tecnologías no se le escapa ni uno. En plan metralleta. Todo es automatizado, dicha captura va a un ordenador central que emite automáticamente la correspondiente sanción. Es tontería comprarse coches potentes, porque si pasas de los 120 km/hora tendrás una ‘receta’ casi seguro al poco tiempo, así que si uno tiene la necesidad de sentir lo que es la velocidad lo mejor es hacerlo en un circuito cerrado (futuro negocio, al tiempo) si no quiere acabar arruinado. Así que a utilizar las tecnologías, utilizar los limitadores de velocidad del vehículo y a disfrutar del paisaje.

A la caza de la velocidad

Te puede interesar