Alertan del riesgo de decenas de pozos de regadío abandonados en A Graña

Un buen número de residentes en la aldea de A Graña, en la parroquia ribeirense de Carreira, alertan de la existencia de medio centenar de pozos de riego que están abandonados en fincas de ese lugar y consideran que suponen un elevado peligro. Esas personas señalan que está muy fresco el recuerdo del suceso ocurrido en la localidad malagueña de Totalán, donde un niño de dos años, Julen, falleció tras caer a mediados de enero pasado al interior de un pozo, y que se está a tiempo de actuar para evitar que ocurra una desgracia semejante.

Los denunciantes indican que no se trata de agujeros de una profundidad ni grosor similares al de Totalán, pues los de A Graña rondan los cinco metros y tienen forma de charcas en las que el agua está embalsada y estancada debido a que ya no se hace uso de los mismos como consecuencia del abandono del cultivo de unas tierras que eran muy productivas, pero que el ataque que sufrieron por parte de jabalíes, entre otras cuestiones, provocaron que desde hace una década se dejaran de trabajar, según recuerdan varios vecinos. Indicaron que son tanto o más peligrosos que el que se cobró la vida del pequeño Julen.

Debido a que ya no se utilizan esos pozos de regadío, los alertantes de esta situación solicitan que se proceda a vallarlos o sellarlos con la finalidad de evitar accidentes, pues señalaron que, aunque se trata de fincas privadas, pasa gente con bastante frecuencia, ya sea para pasear con perros o montados a caballo y con otras reses de ganado, e incluso niños pequeños, especialmente en la época estival, y temen que algún día pueda ocurrir una tragedia si caen en esas fosas con agua. Precisaron que algunos están vallados, habiendo varios que presentan daños en los cierres, que habría que reparar, y otros quedaron ocultos bajo la maleza, pero la gran mayoría están al descubierto y con agua cubierta por una capa verde que se confunde con la hierba. De igual modo, indicaron que hay otros pozos con estructura de cemento y hormigón, pero que están abiertos al faltarles la tapadera. Creen que el Concello u otra Administración debe tomar cartas en el asunto.