Una cajera del súper asegura que “aún me dura el brutal impacto del atraco”

Una cajera del súper asegura que “aún me dura el brutal impacto del atraco”
La Policía Nacional prosigue las gestiones para identificar y localizar al atracador | Chechu

En el supermercado Gadis de la Avenida Rosalía de Castro, de Ribeira, tratan de volver a la normalidad desde poco después de que su encargada fuera víctima de un atraco a las dos y media de la tarde del lunes, en que siguió abierto al público. Sin embargo, no parece fácil aislarse de lo sucedido y en la mente y conversaciones de todos los que lo presenciaron aún  está el recuerdo de ese “momento tan fuerte”. Así lo define la cajera que auxilió a la víctima del asalto, quien reconoce que “aún me dura el brutal impacto del atraco”, y que lo tiene presente como una vivencia imborrable. Ella, que tiene en una pierna un buen moratón que sufrió tras ser empujada por el atracador antes de emprender la huida sin botín del establecimiento, regresó a su puesto de trabajo, en donde no dejó de recibir ánimos de compañeras y clientes. La que no acudió fue la encargada, que sigue muy impresionada por lo que vivió en primera persona al ponerle el asaltante lo que le pareció una pistola en la parte posterior de la cabeza.

Aunque el atracador ocultaba su rostro con una mascarilla y gafas de sol y cubría su cabeza con una gorra en el momento en que entró en el Gadis, quienes pudieron verlo correr en la calle indicaron que iba a cara descubierta. Ello se debió a que se había quitado la mascarilla y la gorra le cayó en su huida dentro del supermercado, mientras que las gafas de sol fueron halladas en la parte posterior de la casa consistorial ribeirense, bien porque también le cayeron o se quiso deshacer de ellas. Ambos objetos están en poder de la Policía Nacional para su análisis, por si pueden aportar algo de luz en este caso. 

Salió a cara descubierta 
Una testigo de que el atracador salió del supermercado a cara descubierta fue la empleada de una panadería situada enfrente. "Estábamos empezando a limpiar y recoger todo antes de cerrar cuando escuche gritar ‘¡alto, alto!’ a dos empleadas del supermercado. Salí del negocio y al conocer a una de ellas le preguntó por lo que pasaba y, en ese momento, “el individuo que escapaba corriendo y yo nos cruzamos la mirada por unos instantes. Tenía la cara desencajada, que podría ser de estar corriendo. Era de tez morena, con rasgos sudamericanos, el pelo lo tenía negro y corto y no era alto, pero si parecía ancho y fuerte, y vestía camiseta blanca y pantalón tamaño bermudas de color oscuro”. E indicó que no se trata de una persona de la zona ni que la frecuente, pues señala que está segura que, de lo contrario, lo conocería. 

Esta muchacha y su compañera fueron llamadas a declarar y, al haberlo visto aunque fuera sólo por un instante, participarán en un reconocimiento fotográfico en la comisaría de Ribeira. Este tipo de prueba no ha deparado por el momento resultados positivos, pues ninguno de los testigos que han pasado hasta ahora por la comisaría, en su gran mayoría empleadas del Gadis, ha identificado en alguna de ellas al atracador. Los investigadores de la Policía Nacional, que mantiene abierto el dispositivo de búsqueda, se están dejando la vista en las imágenes de las cámaras de seguridad, pero no parece que resulte fácil identificarlo de esa manera. De igual modo, tratarán de comprobar si era una pistola real o de simulación el objeto con el que encañonó a la encargada, poniéndole el arma en la parte posterior de la cabeza. También mirarán las imágenes grabadas por los sistemas audiovisuales que les faciliten de otros negocios por delante de los que pasó tanto en el momento en que se dirigió al Gadis como cuando huyó de él.

Más vigilancia 
El Partido Barbanza Independiente (PBBI) manifestó que no logra entender como a la hora en que tuvo lugar el atraco -a las dos y media de la tarde- no había ninguna presencia policial en una zona como las inmediaciones de la casa consistorial y una zona semipeatonal. A juicio de su portavoz, Vicente Mariño, la falta de efectivos en la Policía Local  puede estar detrás de que no estén patrullando las calles en una época en la que se registra un incremento poblacional debido a la llegada de turistas y visitantes, “y eso está repercutiendo en la inseguridad que se vive en la ciudad”. 

En este sentido, Mariño de Bricio apuesta por incrementar la presencia policial en la calle, ya no sólo en esa dirección, sino también de cara al control de los protocolos sanitarios derivados de la Covid-19 y, especialmente, en el ocio nocturno. A este respecto coincide con la opinión de la ciudadanía y con lo manifestado policías locales de que se ven incapaces de controlar los problemas de las noches de movida nocturna con pocos efectivos. De igual modo, demanda la celebración de una reunión de la junta local de seguridad, pues aunque el atraco pueda considerarse un hecho aislado, “es lo suficientemente grave como para convocarla, así como para abordar otros problemas de la ciudad”.

Una cajera del súper asegura que “aún me dura el brutal impacto del atraco”

Te puede interesar