Los cementerios se llenan de vida, luz... y lluvia

Por miles se contaron ayer, y también el jueves, los barbanzanos que cumplieron con la tradición de visitar los cementerios donde reposan los restos de sus seres queridos con motivo del Día de Todos los Santos, así como a limpiar y decorar los nichos. Les llevaron flores con las más variadas presentaciones, sobre todo, en forma de ramos o centros e incluso coronas, como es el caso de algunas entidades para homenajear a socios o vecinos fallecidos, y expresarles su añoranza, respeto, amor, simpatía y otros muchos sentimientos. Entre las flores elegidas en los diferentes arreglos funerarios no hubo una especie predominante. Además de crisantemos, considerados como las verdaderas estrellas de este día, se pudieron ver muchas rosas rojas y blancas, lirios blancos, gladiolos y claveles, que destacan por su resistencia y perdurabilidad. También depositaron velas, cirios, y candelabros, ya fueran eléctricos o encendidos con llama natural para darle vistosidad a las tumbas y panteones.

Como ya sucedió en los últimos años, no hubo grandes aglomeraciones en las necrópolis, ni problemas de tráfico en sus inmediaciones, pues la afluencia de gente se hizo de manera escalonada. Se esperaba que por la tarde hubiera muchas más personas que en las horas previas, pero la lluvia disuadió a muchos de acudir a los camposantos. En alguno, como el municipal de Ribeira, esperaron a la noche, aprovechando que no cierra sus puertas y así ver la espectacular imagen que ofrecía el cementerio iluminado con velas.