Ribeira se debate entre la “V” del sentimiento y la “B” de la normativa

Ribeira se debate entre la “V” del sentimiento y la “B” de la normativa
La bienvenida del Concello en una de las rotondas del municipio también generó polémica al escribir el nombre con “V”

La nomenclatura de Ribeira con “B” o con “V” va más allá del debate político y del cumplimiento de la Lei de Normalización Lingüística, al tratarse de una cuestión de sentimiento. Así lo dejó claro el alcalde, Manuel Ruiz, durante la sesión plenaria en la que se debatió la forma que tendría que utilizar el Concello.

La mayoría absoluta del PP en los mandatos anteriores convertía en estériles los llamamientos de los grupos de izquierdas para que se adoptara la toponimia oficial, la que figura en la Xunta. Su rodillo era suficiente para mantener la “V”, aunque solo fuese en la administración local.

Sin embargo, las elecciones del pasado mes de mayo dejaron un panorama político diferente que ya se pudo comprobar con la elección del alcalde y las dedicaciones exclusivas. La irrupción de los independientes del PBBI acabó con las mayorías y en este escenario todos los partidos dependen de otros para sacar adelante sus propuestas.

El PSOE, que fue quien presentó la moción para mudar la “V” por la “B”, enseguida contó con la complicidad del resto de fuerzas progresistas, BNG y Suma Ribeira. Faltaba saber la opinión del PBBI, conformado por varios exediles populares en anteriores mandatos.

María Dolores Elorduy, del PBBI, apeló, al igual que había hecho anteriormente el alcalde, al sentimiento. “Tengo que decir que hay que aceptar la “B”, a pesar de que yo quiero que sea con “V”, dijo, para añadir después que no quedaba más remedio que aceptar la forma oficial.

La sensación de los presentes es que el PP se quedaría solo defendiendo la “V”, pero tras conocer el resultado final, es decir, que un concejal del PBBI votase con los populares y la propia defensora de la “B” de este partido optase por la abstención, lo que parece es que los independientes, sabiendo de antemano cuál sería el resultado gracias a sus votos, querían poner al alcalde contra las cuerdas y que se viese solo ante una cuestión que levanta ampollas en ciertos sectores de la sociedad ribeirense.

Y lo consiguieron, porque Manuel Ruiz tuvo que emplearse a fondo y echar mano de toda su experiencia como orador para tratar de convencer al resto de partidos que dejasen el asunto sobre la mesa y que, en todo caso, que fueran los propios vecinos los que decidiesen a través de un referéndum.

Como veía que no cuajaba ninguna de sus propuestas apeló a los sentimientos. “A maioría dos veciños sentimos a Ribeira con V”. “Eu non sinto que se deturpe o galego”. “Moitos ribeirenses ímonos a sentir ofendidos por unha imposición rigurosa da Xunta”, fueron algunas de las frases que él creía vacías para el resto, pero que no lo fueron para PBBI, paradógicamente.

Ya a la desesperada recurrió al proceso catalán y a la defensa que los partidos nacionalistas hacen del mismo. “Ou sexa, que os que defenden a consulta ilegal en Cataluña, negan que se faga unha en Ribeira”, pero la respuesta fue la misma, o sea, cumplir la Lei de Normalización Lingüística.

Entonces llamó de nuevo a la puerta del PBBI para recordarles que hasta hace nada defendían la “V” y cuando intervino Vicente Mariño para decir que la ley es la ley y está ahí para cumplirla, estalló: “vostede incumpriuna todo o que quixo, ao igual que todos os alcaldes democráticos de Ribeira, que todos defenderon a V” y la traca final fue que “cando estaban vostedes ao meu lado pensaban igual”.

Después se produjo la votación y ganó la opción de la “V” para sorpresa de todos, o de casi todos, porque nadie reprochó a nadie que se rompiese la disciplina de voto y se apoyase la opción contraria a la que defendió el partido independiente durante el debate.

Tras la consecución del objetivo, aunque fuese in extremis, el alcalde, que en todo momento mantuvo la entereza, volvió a invitar a todos los grupos a un debate en profundidad. l

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