Cuando aún sigue muy fresca en la memoria de los ribeirenses la agresión en la zona de la movida nocturna de la ciudad por parte de un individuo de 33 años que hirió con una navaja a dos hermanos, a uno de los cuales le propinó dos puñaladas en un costado, afectándole al bazo, se tuvo conocimiento de otro suceso con un objeto cortopunzante por medio. Ocurrió pasadas las nueve y media de la noche del miércoles cuando una discusión entre tres individuos, todos ellos relacionados con el mundillo de las drogas, acabó con uno de ellos, de 39 años, denunciado por posesión de arma blanca, después de esgrimir un cuchillo de cocina de 12 centímetros de hoja, motivo por el que fue denunciado y se le retiró ese objeto sin que opusiera resistencia alguna. Según algunos testigos, ese hombre “rabuñou na cara cun coitelo” a uno de sus oponentes, de unos 28 años, que iba acompañado de otra persona de unos 39 años.
Sin embargo, la víctima no quiso denunciar pues, según el relato de los testigos, curiosamente incluso justificó esa acción de su rival, precisando que teniendo en cuenta lo ocurrido él habría reaccionado de igual manera. La discusión entre esas tres personas, que posteriormente fueron identificadas por las fuerzas de seguridad, se había iniciado en una parte alta de la Rúa Carballeira, en el barrio de Fondevila. Según se les pudo escuchar mientras se trataban de explicar ante los policías locales y nacionales, uno de ellos se percató de que le causaran destrozos en el portal de su domicilio, por lo que su reacción inmediata fue dirigir sus iras hacia la persona de la que sospechaba como autor de esos daños, ensañándose con la entrada de su morada.
Fue entonces cuando, según relataron los implicados en la pelea, empezaron a discutir, pues el que portaba el cuchillo en una de sus manos acusaba al otro de que le había entrado a robar en su casa. La reyerta acabó en la confluencia de la referida Rúa Carballeira como la Rúa Pumariño. Allí se los encontró una patrulla de la Policía Local, ante la atenta mirada de vecinos de la zona, que siguieron la secuencia desde las ventanas de sus casas, y alguno de ellos fue el que avisó a las fuerzas del orden, advirtiendo que uno de ellos tenía un cuchillo. Una vez que parecía que todo ya había acabado, llegaron al lugar un par de vehículos de la Policía Nacional, pero no se procedió a la detención de ninguno de los implicados. Pero, si se denunció a uno por posesión de arma blanca sin justificación y a los otros dos por desórdenes en vías o espacios públicos.