Desalojado el colegio Galaxia por múltiples quejas de molestias de una fiesta nocturna de Halloween

Una animadísima fiesta nocturna de Halloween en el colegio ribeirense Galaxia tuvo que darse por acabada antes de lo previsto y lo deseado por sus participantes. Los alumnos y todos cuantos estaban en el interior de este centro educativo tuvieron que desalojarlo pasada la medianoche siguiendo las recomendaciones de los agentes de la Policía Local que fueron comisionados tras recibirse desde las diez y media de la noche más de una decena de llamadas de vecinos que se quejaban de las molestias que les causaba el elevado volumen de la música, así como el ruido que estaban generando los numerosos asistentes a la celebración de ese tipo, de la que se tiene conocimiento que no era la primera vez que tenía lugar. En ello posiblemente influía que había ventanas abiertas y la falta de aislamiento de las paredes..

Los agentes municipales que acudieron al lugar siguieron recibiendo llamadas en las que los residentes de la zona les transmitían su malestar por el ruido que les impedía descansar. Los policías pudieron hablar con la directora del colegio, a la que le trasladaron las quejas y consiguieron que dejara de sonar la música. Según indicaron algunos testigos, un aula estaba prácticamente convertida en una discoteca casi a oscuras, pues sólo quedaba iluminada por luces de colores que se movían por el techo, suelo y paredes. Allí los alumnos bailaban al ritmo de la música que sonaba, pero fue algo que dejaron de hacer al apagarse los equipos de sonido.

Pero, todavía en presencia de la patrulla de la Policía Local ribeirense en las inmediaciones del colegio Galaxia se siguieron recibiendo quejas, algunas de vecinos que ya habían llamado con anterioridad, y que insistían en que el ruido que causaban los asistentes a esa fiesta nocturna de Halloween era insoportable. Fue entonces cuando, para evitar que los agentes municipales tuvieran que proceder a denunciar a los causantes de esas molestias, se ordenó el desalojo de las instalaciones del centro educativo. Entre la medianoche y la una fueron llegando padres de los jóvenes participantes en la celebración para recogerlo y llevarlos a sus casas. Que dicha fiesta acabase antes de tiempo también impidió que los alumnos pudieran tomar el desayuno en su colegio, tal y como estaba previsto después de toda una terrorífica noche de diversión.