
La propietaria de ese establecimiento escuchó los ruidos que el ladrón estaba haciendo para romper el cristal, temiéndose que alguien había entrado para robar. Por ello, mientras se dirigía hacia el local con su perro, llamó a la comisaría para denunciar lo que estaba pasando. Al lugar se desplazó una patrulla, pero cuando llegó ya no estaba el caco, aunque la dueña del negocio lo pudo identificar cuando se cruzó con él, aunque desconocía que ese joven se estuviera dedicando a delinquir.
Cuando la patrulla de la comisaría se encontraba allí, sus agentes recibieron un aviso de que se estaba registrando un robo en una floristería de O Monumento, por lo que se dirigieron hasta allí, pero el ladrón emprendió la huida. Pero no llegó demasiado lejos pues los policías nacionales le dieron alcance en la Praza do Concello cuando trataba de ocultarse bajo una capucha. Como la indumentaria que llevaba era la misma que describieron quienes lo vieron huir de los robos procedieron a su identificación, lo arrestaron y lo trasladaron a los calabozos para pasarlo a disposición judicial. l