La corporación local rianxeira aprobó, con los votos favorables de BNG y PSOE, la abstención de Rianxo en Común y el voto en contra del PP, la cuenta general de 2014 para ser presentada ante el Consello de Contas. Desde el equipo de gobierno que preside Adolfo Muiños se defendió que ese documento ratifica la apuesta por la recuperación de la autonomía financiera del Concello con el pago de una gran deuda bancaria en el horizonte de su finalización en este mismo año. Eso se reflejó en el pago de 1.265.000 euros, a los que el regidor añadió unos 860.000 euros en el actual ejercicio económico.
Muiños sostuvo que el ritmo de amortización de la deuda es “moi elevado” y que “fronte á media dos municipios dun 7% de gasto financeiro, Rianxo destina o 22% do orzamento a pagar os préstamos vixentes e anteriores ao 2009 e avanzar no obxectivo de ser donos do seu orzamento”, puntualizó. El alcalde dijo que esa elevada amortización implica que haya otras magnitudes que no resultan tan positivas y que hay que corregir, pero “os pagos dos préstamos que vencen este ano permiten superar con creces o importe negativo do remanente de tesourería”. Y agregó que el endeudamiento no es una magnitud que distorsione la situación económica sino el ritmo de su amortización.
El primer edil rianxeiro puntualizó que las medidas adoptadas posibilitan que de los 67 y 77 días de pago a proveedores de los últimos trimestres de 2014 se pueda estar, según los últimos datos, en 60 días. Muiños añadió que van a tener como referencia ese periodo para seguir reduciéndolo en próximos ejercicios. Indicó que otros datos positivos son el ahorro neto -era negativo en 2013- y la recuperación de la capacidad de financiación hasta 800.000 euros. El Ejecutivo local destacó que el objetivo final “non consistiu en cadrar as contas como contables, pechando servizos, recortando actuacións ou botando fora ao persoal para reducir gastos, como é o sentir do PP, senón buscar o equilibrio dun orzamento que paga a débeda e que permita facer melloras progresivas para atender servizos e demandas dos veciños”.
CORRECCIONES
El BNG señaló que también se tomó nota de la necesidad de corregir a la baja algunas previsiones de ingresos, sobre todo las que tienen que ver con las subvenciones externas, o el optimismo ante la implantación de empresas en el parque empresarial, “se ben as grandes magnitudes de ingresos están correctas e se achegan ao 100% de execución, sendo por tanto moi realistas”. Muiños reconoció que el retraso en la presentación de la cuenta general estuvo motivado por los cambios electorales y que el ritmo de trabajo de los departamentos refleja el avance en los objetivos marcados de reducir la alta carga financiera y de deuda. “A seguir poñerase nas rúas e ao servizo da xente a melloría xeral económica do concello, que é fin principal da actuación pública”.
Por su parte, el PP criticó que la cuenta general se presenta tarde, pues el 1 de octubre venció el plazo, además de que tenía que remitirse al Consello de Contas antes del 15 de octubre. “Por esta razón ya podían esperar al pleno ordinario de la próxima semana y ahorrarse una sesión, con los gastos que conlleva. No existe ninguna justificación para que no se cumplan los plazos porque la cuenta fue elaborada por los servicios municipales de Intervención hace varios meses”.
Los populares le recriminan a Muiños que la “mala gestión económica” lleva al Ayuntamiento a una situación crítica en lo que se refiere a su tesorería. Puntualizaron que hasta la fecha el remanente era positivo y el gobierno local echaba mano de él para abonar gastos imprevistos, pero como ahora resulta negativo “va a suceder que este año no existe ese margen para hacer frente a nuevas obligaciones, que sin embargo se están contrayendo”.
Desde el PP se avanzó que la consecuencia de ello es, probablemente, cuando se liquide el presupuesto en curso, el remanente de tesorería aún va a dar cifras mucho más negativas. Y precisó que al final tendrá un efecto “muy nocivo” sobre los proveedores, ya que la deuda financiera se paga en plazo, pero los plazos de pago de la deuda comercial se incrementan cada día y se alejan cada vez más del plazo de 30 días establecido en la normativa de morosidad.