11º-26º
viernes | 19 abril | 2024
José Blanco Pampín, jefe de servicio de Patología Forense del Imelga, comunicó al juez del caso Diana Quer que el cadáver de la joven madrileña fue incinerado por decisión del responsable del equipo encargado de practicarle la autopsia, Alberto Fernández Liste, pese a la prohibición expresa que emitió el propio instructor de que se llevase a cabo la cremación de los restos mortales. Así se lo indicó tras recibir la solicitud del titular del Juzgado de Instrucción Nº1 de Ribeira, Félix Isaac Alonso, para que realizase una ampliatoria de la autopsia, solicitada por la acusación particular que ejerce la familia Quer a través del abogado ferrolano Ricardo Pérez Lama.
Pese a que Blanco Pampín finalmente le remitió al juez un informe de supervisión de la autopsia, le comunicó previamente a su señoría que se encontró con varios inconvenientes debido a la demora en la respuesta a ciertas cuestiones solicitadas a los autores del informe, “y en particular la actitud del médico forense Alberto Fernández Liste, que por cuenta propia ha incinerado el cuerpo de la fallecida”. Según le relató Blanco al juez, los restos mortales de Diana fueron depositados en contenedores de una capacidad de 50 litros cada uno y que contenían un 80% de su cuerpo, especialmente los órganos principales y las partes blandas, y que estaban en unas cámaras frigoríficas del Hospital de Conxo “cuando ha decidido incinerarlos por su cuenta y riesgo, a tenor del informe que me ha remitido, pese a la orden que emitió el juez sobre la prohibición expresa de la incineración”.
Blanco Pampín le informó al instructor del caso que esa decisión la adoptó tras dejar sin efecto el encargo previo del informe de supervisión, “que la Audiencia Provincial finalmente acordó que fuera realizado por el subteniente”. Y le dice que la incineración de los restos mortales de Diana Quer ha invalidado de manera definitiva la observación personal de dicho material de cara a la elaboración del informe. Una vez que el juez recibió el informe complementario de la autopsia solicitado al Imelga, le solicitó al forense que determinase el tiempo de comienzo y desarrollo de cadaverización en el cuerpo de las características físicas de Diana Quer, “constatando para ello la versión dada por el investigado en la reconstrucción de los hechos del 15 de junio de 2018, y el tiempo transcurrido, según su versión, desde la muerte hasta que se introduce en el pozo”. Para ello, se le proporcionó una copia de la grabación de dicha reconstrucción para proceder a su análisis y cotejo con sus datos.
En aquel escrito, tal y como ya se informó en su día, también le solicitó el juez que analizase la forma en la que aparecieron las piernas de la víctima, al objeto de determinar si ello es un indicio indicativo y característico de la resistencia de relaciones sexuales previas, y si en casos similares de agresión sexual es frecuente que la víctima sea hallada en tal posición, tanto en los casos de hallar el cuerpo en tierra o en agua. Y le solicitó que analizase las manos, dedos y muñecas y se determine si la forma en que fueron halladas las extremidades superiores se pudo deber a la acción de las bridas.
Pese a todas las dificultades con que se encontró, hay aportaciones importantes de la revisión de la autopsia a través de estudios estadístico-matemáticos basados en la observación y análisis de variables del crimen, de tipo conductuales, ambientales y datos procedentes de la necropsia, que a juicio del forense permite probar la existencia de un crimen sexual que incrimina al autor en un delito contra la libertad e indemnidad sexual en una probabilidad del 99,999%.
De igual modo, señala que Diana recibió un golpe violento y directo en la nuca que le causó fracturas en las cervicales, que descartan el homicidio imprudente por estrangulación.
