Guardia Civil y forenses deducen que a Yulisa no la mataron en la finca donde apareció su cadáver

Guardia Civil y forenses deducen que a Yulisa no la mataron en la finca donde apareció su cadáver
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Los guardia civiles y los forenses que llevaron a cabo pruebas periciales en el caso del asesinato de la dominicana Yulisa Altagracia Pérez, deducen que no la mataron en la finca de A Fandiña en la que apareció su cadáver, sino que la tuvieron que trasladar por un lugar escarpado hasta allí para luego depositarla. Precisaron que pese a que el cuerpo de la víctima presentaba 36 heridas cortopunzantes, en ese lugar donde se localizó no había sangre suficiente que hiciera pensar que esa fue la escena del crimen, ni tampoco había vestigios de violencia. Entre los profesionales que llegaron a esa conclusión se encontraba el jefe del servicio de Patología del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) en Santiago, José Blanco Pampín, quien se encargó del levantamiento del cadáver y de practicarle la autopsia.

Este forense también cree que una persona pudo ser suficiente para provocar las lesiones, y que no hubiera nadie más agarrándola, para luego matarla, y no descartó que pudiera haberlas causado una mujer atendiendo a la escasa profundidad de las heridas.  También indicó que de todas las heridas había bastantes localizadas en las manos y antebrazos  de tipo defensivas para repeler la agresión, y señaló que por algunas de ellas se concluye que la mujer dominicana llegó a sujetar el arma blanca, ya fuese un estilete, una navaja o similar. Y señaló que la víctima presentaba heridas de golpes en la cara, que le quedó desfigurada, y que se pudieron causar con un puño americano. El presidente de la sala le preguntó al forense si se podía concluir que hubo ensañamiento y se le causó sufrimiento, a lo que respondió afirmativamente, aunque las puñaladas mortales fueron dos. Los agentes de la Benemérita indicaron que hasta la finca escondida en donde apareció el cuerpo de Yulisa no se puede llegar en coche, sino detenerse a unos 15 metros de allí para luego cargar con ella.

También hablaron de los posicionamientos coincidentes de los teléfonos móviles de Yulisa y Melisa están juntos desde que la segunda fue a buscar a la dominicana al bar Maruxía en Ribeira en el Seat Ibiza blanco, en el que se fueron hasta A Pobra, y a media mañana aparece el de Ventura, que es de tipo analógico, que no da señal si no se activa, y acaban en el merendero de Couso. Previamente, el celular de la acusada deja de emitir señal de 10.00 a 11.00 horas -su letrado asegura que fue ese el tiempo en el que permaneció encerrada en su piso-, mientras que del que no se volvió a saber nada es del de Yulisa tras perderse en Couso su señal, que no se recuperó. Los abogados defensores mantuvieron la postura de que por el hecho de ir los teléfonos juntos no quiere decir que vayas las personas con ellos, algo que los agentes del instituto armado no pudieron desmentir.

La Guardia Civil también detalló las armas y drogas encontradas en los registros domiciliarios, y que en el realizado en el coche faltaba una alfombrilla del maletero y un destornillador, que se descartó que fuera el arma del crimen. Además, los agentes indicaron que los dos acusados son dos personas conflictivas y violentas, y que mientras Ventura tiene antecedentes penales, Melisa carece de ellos, aunque en su historial policial figuran amenazas. l

Guardia Civil y forenses deducen que a Yulisa no la mataron en la finca donde apareció su cadáver

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