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jueves | 25 abril | 2024
Con la celebración de la cena de Nochebuena y la comida de Navidad a las puertas, en las últimas semanas se han incrementado los operativos contra el furtivismo en O Barbanza. Hace una semana fueron inspectores de la delegación ribeirense del Servizo de Gardacostas de Galicia y agentes de la Guardia Civil de Boiro los que decomisaron más de 330 kilos de almeja, berberecho y mejillón en un operativo en Taragoña, que incluyó la inspección de dos vehículos y una depuradora que tenía suspendida la actividad desde octubre. En esta ocasión fueron dos agentes del Servicio Marítimo de la Benemérita y un inspector de Gardacostas de Ribeira los que, en un servicio conjunto de prevención del marisqueo furtivo en la comarca -Operación Salto- intervinieron 25 kilos de nécora, de las que 11 kilos estaban ovadas; 78 kilos de vieira (356 unidades) y 8 kilos de centolla.
Los hechos se iniciaron en una zona de bateas de A Pobra, donde pudieron observar como dos personas manipulaban sacos con capturas que se encontraban fondeados, para posteriormente trasladarlos en una embarcación hacia una furgoneta en la playa Ladiña. Debido a la nocturnidad y a que la extracción se realizaba con medios prohibidos, se procedió a identificar a los dos hombres, que resultaron ser vecinos de A Pobra, uno de ellos miembro del clan de los Fanchos y el otro un primo suyo, que fue detenido por tener pendientes otras causas con la justicia. Al parecer, había una tercera persona colaborando con ellos desde tierra, pero no se pudo localizar.
En la inspección de la furgoneta se halló 1 lubrigante, 1 pulpo de más de 5 kilos, 9 kilos de choco y una nécora que fueron intervenidos, al igual que el resto del marisco ya mencionado y que se encontraba en el interior de unos sacos en una batea. Por todo ello se confeccionan denuncias por infracción a la Ley de Pesca de Galicia, que confecciona el Servicio Marítimo Provincial de la Guardia Civil de A Coruña para la Consellería de Mar. Las especies que se encontraban con vida fueron devueltas al mar y el resto al centro benéfico, el resto de efectos se depositaron en dependencias del Servizo de Gardacostas. Y se enviaron muestras de las vieiras al Intecmar para detectar la posible presencia de toxina.
