Identificados tres santiagueses por un intento de robo en “A Fiandeira”

¿Qué hacían tres vecinos de Santiago a la una de la madrugada de un día de mitad de la semana pasada en que llovía bastante por el casco urbano de Ribeira? Esa es la pregunta que se hacen las fuerzas de seguridad después de que a uno de ellos lo sorprendiese una patrulla de la Policía Local en torno a esa hora en las inmediaciones del comercio “A Fiandeira do Rueiro”, en el que a la mañana siguiente su propietaria, Kika Fernández descubrió que le intentaron robar. A los agentes municipales les llamó la atención ese individuo por llevar guantes de látex de color azul y una mochila, que, posteriormente, comprobaron que contenía alicates, destornilladores, alambres y otros objetos.
Los policías locales, que habían recibido la llamada de un particular alertando de que había dos personas sospechosas mirando muy de cerca escaparates de negocios de la Rúa de Galicia, por lo que se dirigieron hacia allí con el coche patrulla. Inicialmente no vieron a nadie por allí, pero luego descubrieron a alguien que iba hacia la zona de la Praza de Ourense, y allí se dirigieron teniendo que dar un rodeo debido a la estrechez de las vías o por estar cortadas al tráfico con jardineras. Tras interceptarlo, los sometieron a un pequeño registro y le encontraron los objetos señalados, pero no pudieron identificarlo al no llevar documentación, por lo trasladaron a la comisaría ribeirense del Cuerpo Nacional de Policía, en donde se pudo saber que era un santiagués con un historial de numerosas detenciones anteriores, incluso una de hace pocos días.
Diferentes versiones
El hecho de que les ofreciera a los policías diferentes versiones sobre el motivo por el que estaba en la capital barbanzana no hizo más que aumentar las sospechas. Pero, la inspección que realizaron por los negocios del entorno no permitió descubrir a simple vista que perpetrase algún robo o lo hubiera intentado, por lo que no los pudieron acusar de nada. El sospechoso también les indicó que había ido en un coche y llevó a los policías locales hasta la zona del mercado municipal, pues decía que lo tenía aparcado allí, pero al llegar no estaba donde les decía.
El sospechoso llamó por teléfono a dos amigos, que aparecieron poco después allí en un Renault Twingo, que fue denunciado por carecer de cierta documentación, y en el que encontraron muchos guantes, pasamontañas, destornilladores y otras herramientas. Esas otras dos personas también fueron identificadas y poco después dejaron marchar a los tres compostelanos. Existe la sospecha de que en su regreso hacia Santiago pudieron parar en Padrón, en donde esa misma noche se perpetró un robo con fuerza.
Bombín roto
Curiosamente, a las diez y media de la mañana del día siguiente, cuando Kika Fernández fue a abrir su negocio se encontró con que al meter la llave le salía el bombín de la cerradura, y al momento se percató que le faltaba el pomo de la puerta, que fue localizado en un callejón, a unos cinco metros de su tienda. Por ese motivo, aunque no echó en falta nada de mercancía -pues no llegaron a entrar-, presentó horas después la correspondiente denuncia por robo en grado de tentativa.
Kika Fernández recuerda que hace siete años le entraron a robar y que en aquella ocasión los ladrones le llevaron un botín y causaron destrozos, todo ellos por un importe de 3.000 euros. El negocio estaba siendo sometido a unas obras y los cacos aprovecharon que los operarios se fueron al mediodía a comer para acceder al interior del local, del que se llevaron juegos de toallas, una desbrozadora, una aspiradora, herramientas y otras cosas.