Ingresa en prisión la acusada de un apuñalamiento en Ribeira tras admitir parcialmente los hechos

La cubana Mirielky Varona Morales, de 34 años, pasó su primera noche en la cárcel de Teixeiro después de que el titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Ribeira, Félix Isaac Alonso, ordenase su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por un delito de asesinato frutado u homicidio en grado de tentativa, a la espera de determinarse la calificación definitiva de los hechos, que fueron considerados como muy graves. Esa mujer fue detenida el jueves por apuñalar en el pecho con un cuchillo a un hombre, Abel G.T., de 42 años y natural de. A Pobra pero con domicilio en Ribeira, y que se encuentra estable dentro de la gravedad en la UCI del Clínico de Santiago, tras pasar por su Unidad de Críticos.
En la resolución judicial de este caso, que se decidió incoar por el procedimiento de sumario debido a que la condena que se pide por los hechos delictivos supera los seis años, el juez tuvo en cuenta la petición de la Fiscalía que, además de pedir la privación de libertad, solicitó la prohibición para la investigada de comunicarse con el hombre al que supuestamente agredió con arma blanca, así como su pareja y la hija pequeña de esta última, a los que tampoco podrá acercarse cuando salga de la cárcel. El Ministerio Público entiende que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato frustrado o, en su defecto, de homicidio en grado de tentativa. 
Del mismo modo, añadió el delito de atentado a la autoridad, pues Mirielky dificultó su detención, esgrimiendo el cuchillo usado en el apuñalamiento y que obligó a los policías a sacar sus armas para que depusiera su actitud. Por su parte, el abogado defensor solicitó su puesta en libertad, con la imposición de medidas cautelares como comparecencias periódicas en el juzgado y la prohibición de salir del país y la retirada del pasaporte, pero no logró su objetivo. Además de la gravedad de los hechos, la falta de arraigo, pese a llevar tres años viviendo en Ribeira, pues no tiene familia alguna en la localidad ni  un contrato de trabajo.
Previamente, el magistrado tomó declaración a cinco testigos: el dueño del chiringuito de madera de O Caramecheiro en dónde se registró previamente un altercado en el que la arrestada acusaba a unos hombres del robo de teléfonos móviles; una mujer que se detuvo para auxiliar a la víctima al escuchar los gritos; la camarera del bar Antoxo y a la pareja de  Abel G.T. y a un amigo que se encontraba con ellos en el momento de los hechos en la terraza del citado local hostelero. Todos ellos ratificaron su declaración en comisaría y que apuntan a Mirielky como autora del apuñalamiento. 
La detenida, que se había acogido a su derecho a no declarar en comisaría, en sede judicial respondió a todo lo que le preguntaron el juez, la fiscal y su abogado defensor. .Aunque no trascendió el contenido de su declaración judicial, si se sabe que reconoció parcialmente los hechos que se le atribuyen pero que trató de justificar por su estado de embriaguez, además de que pudiera tener lagunas sobre lo ocurrido. También manifestó que poco antes de la agresión con arma blanca había tenido una discusión con Abel. l