11º-26º
viernes | 19 abril | 2024
Un joven riveirense se estaba librando de la cárcel pese a ser uno de los que acumula un mayor historial delictivo a sus 26 años. Manuel López Montemuiño, “Egidio”, volvió a ser detenido por las fuerzas de seguridad, en esta ocasión bajo la acusación de un robo con fuerza en un galpón situado a unos 200 metros de su domicilio en Bretal, en Olveira. Pero, además, se le investiga por un delito de atentado contra la autoridad, que puede ser lo que más haya influido en que el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Riveira dictase pasada la una de la tarde un auto para su ingreso en la prisión de Teixeiro, a la que fue enviado unas cuatro horas después.
Los hechos que motivaron su arresto ocurrieron a última hora de la tarde del viernes cuando los propietarios de un alpendre en Bretal reclamaron la presencia de la Policía Nacional al sorprender e identificar a ese joven tras robarles maquinaria de ese inmueble. Al llegar los agentes observaron que en las proximidades estaba ese individuo, al que se dirigieron por la acusación sobre él, pero en inicialmente lo negó de manera categórica. Al insistir en que lo habían reconocido, les dijo a los policías que lo acompañasen a su casa, donde estarían los objetos sustraídos.
Al aproximarse al portalón de su vivienda, Egidio trató de darse a la fuga, pero no lo consiguió. Según apuntó algún testigo, durante el proceso en el que le volvieron a dar captura, tanto los agentes como el joven acabaron en el interior de la propiedad. Salieron varios familiares, entre los que estaban sus padres y hermanos, y les hicieron lo más parecido a una emboscada, encerrándolos. Por ello, solicitaron refuerzos, que llegaron de parte de la Policía Local, que se encontraron a los funcionarios de la comisaría -ambos sufrieron lesiones en el forcejeo, pues Egidio reaccionó con mucha agresividad-, encima del detenido, al que ya habían reducido en el suelo y esposado con las manos por delante. Según algunas fuentes, los familiares de Egidio estuvieron grabando la detención con teléfonos móviles, a la vez que decían que el arresto era ilegal.
Entre los cuatro agentes lo introdujeron en el coche de la Policía Local, en el que dio patadas contra una puerta, causando destrozos, y previamente llegó a echarle las manos a la pistola de un agente municipal para arrebatárselo, pero no lo consiguió. Por ello, acabó engrilletado de pies y manos. Además, en el traslado a las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía golpeó la mampara protectora con su cabeza de manera reiterada. Según algunas fuentes, también se arrestó a la novia de Egidio cuando acudió a la comisaría, pero quedó libre.
