La madre de la joven desaparecida sospecha que alguien se la llevó contra su voluntad

La tranquila villa pobrense se vio alterada desde primera hora de la mañana de ayer en que se tuvo conocimiento de la desaparición de la madrileña Diana María Quer López-Pinel, de 18 años. Esta muchacha se encontraba desde mediados de julio de veraneo en una segunda vivienda familiar junto a su madre Diana y su hermana Valeria en la zona de O Xobre. Su progenitora la había llevado en coche a las diez y media de la noche del domingo hasta los jardines Valle-Inclán, donde había quedado de juntarse con un grupo de amigas para salir de fiesta, coincidiendo con el Carme dos Pincheiros. Después de cuatro horas de diversión, la joven decidió regresar a su casa, de la que tenía las llaves, y se despidió de sus compañeras.
En su camino de regreso andando a su hogar se cruzó con una conocida en el Paseo do Areal, a la altura de la pizzería Mi manda Picone, y la vio dirigirse sola hacia su vivienda. Esa parece ser la última persona que la vio. Desde entonces, no se sabe nada del paradero de la adolescente. Su madre manifestó que su hija no tiene ninguna enfermedad mental y que es la primera vez que tarda tanto tiempo en volver a casa. Añadió que no tienen ningún problema y que tampoco le notó nada extraño estos días para que tomase la decisión de marcharse por decisión propia. De hecho, está convencida de que alguien se la llevó contra su voluntad.
Aunque es desde las dos y media de la madrugada de este lunes el momento en que no se sabe nada de Diana Quer, su madre no se percató de que faltaba hasta que a las ocho y media de la mañana de este lunes fue a mirar a su habitación y comprobó que su hija no estaba. Tampoco estaba por el resto de la vivienda y trató de localizarla en el teléfono móvil, pero le dio apagado o fuera de cobertura. Seguidamente, contactó vía telefónica con la Guardia Civil para comunicar su desaparición, y al mediodía acudió a presentar formalmente la denuncia en el cuartel de Boiro. Luego habló con los amigos y conocidos de su hija, pero nadie pudo aportar ninguna pista más sobre ella, salvo las ya apuntadas.
Desde que se tuvo conocimiento de la desaparición de la joven madrileña, se han movilizado familiares y amigos de la chiquilla, que estuvieron distribuyendo una fotografía con sus datos personales y una pequeña descripción física de ella. Por la villa pobrense también fue considerable el despliegue de patrullas de la Guardia Civil. En vista de la falta de resultados, se decidió movilizar a efectivos de las unidades judiciales de la Benemérita para que se encarguen del caso, y ya iniciaron diversas líneas de investigación para tratar de saber lo ocurrido. Además, ha trascendido que el padre de la muchacha, que se encontraba en Madrid y que tenía previsto viajar hasta A Pobra, ha decidido remover Roma con Santiago para que se haga todo lo necesario y lo imposible para tratar de encontrar a su hija. De hecho, uno de esos pasos fue el de contactar con el Ministerio de Interior para que se pueda investigar el teléfono móvil de la joven, para saber las últimas llamadas que hizo y que recibió, y ver la posibilidad de determinar su última localización antes de que se apagase.
Por si alguien pudiera aportar alguna pista sobre Diana Quer, de la que al cierre de esta edición no había noticias, la familia la describió como una joven de 1,75 metros de estatura y un peso de 55 kilos; pelo largo, liso y moreno y ojos oscuros. Añadió que en la madrugada en que desapareció, la joven vestía pantalón corto rosa y camisera blanca y sudadera gris, y calzaba unas zapatillas negras con cordones. Todas las personas que puedan aportar pistas sobre la chica pueden llamar a la Comandancia de la Guardia Civil al 062 y al cuartel de la Benemérita en Boiro al 981 849 980.

BÚSQUEDA INICIAL
Las primeras gestiones que realizó la Guardia Civil para tratar de averiguar en donde podría estar la joven madrileña le llevaron a la estación de autobuses y al Hospital do Barbanza, en donde no sabían nada de ella. Curiosamente, cuando se empezó a difundir la información de la desaparición, trascendió que en el complejo asistencial de Oleiros ingresó una joven con los mismos apellidos, pero el nombre era el de Valeria, y ya recibió el alta. Se trataba de la hermana, que acudió allí hace un par de días.