A POBRA - El Concello pretende sacar en febrero a concurso la instalación de radares en el casco urbano

Largo se lleva hablado de la más que posible instalación de radares de velocidad en el casco urbano de A Pobra para tratar de disuadir a los conductores que circulan con sus vehículos por encima de los límites permitidos. Después de varios anuncios, parece que ya se empieza a escuchar los plazos para que se pueda llevar a cabo este proyecto. A lo largo del próximo mes de febrero, si no surge ningún contratiempo, saldrá a concurso el suministro y montaje de estos elementos con los que se pretende evitar riegos por excesos de velocidad. El Ejecutivo local también tiene bastante clara su ubicación y ha trascendido que uno de ellos se ubicará en la travesía de la AC-305, en la entrada del pueblo, a la altura del colegio de Bandaseca, mientras que otro se pondrá en la AC-302 (la que lleva hacia el hospital), y se pondrá junto al lavadero del Castelo.
El alcalde, Isaac Maceiras, defendió la conveniencia de esos radares y no se descarta que se puedan poner en otros puntos en los que se registren incumplimientos por parte de los conductores, rebasando la velocidad máxima permitida, que en esas zonas es de 50 kilómetros por hora. Relacionado con los controles de tráfico, esta previsto que en el pleno del próximo jueves -se adelantará una semana para evitar la coincidencia con la celebración de la feria de turismo Fitur en Madrid, a donde acudirá el alcalde- se someta a aprobación la firma de un convenio de colaboración con la DGT para formalizar la colaboración que de hecho están manteniendo, y que permita que la Policía local pueda acceder a su base de datos, así como se implique en la realización de controles de velocidad y alcoholemia, como ya hacía en los últimos años.