Portos se compromete a reunirse con la Cofradía de A Pobra para analizar deficiencias del puerto

Portos de Galicia recibirá en los próximos días a los representantes de la Cofradía de Pescadores de A Pobra do Caramiñal y de ocho colectivos del sector bateeiro de la zona para abordar las deficiencias existentes en el recinto portuario. Este anuncio se produce una semana después de que desde el pósito se indicase que llevaban esperando por una entrevista con la presidente de dicho ente autonómico que le fue solicitada hace más de mes y medio y que se le reiteró hace siete días al no haber recibido respuesta alguna al respecto, motivo que les llevó a hacer público su malestar.

Desde Portos de Galicia precisaron ayer que recibieron dicha solicitud de reunión por parte de la Cofradía pobrense y que, aunque no se ha confirmado la fecha y hora concreta de la misma, está previsto que se celebre a lo largo de la próxima semana, tras las vacaciones de Navidad, con la finalidad de abordar los asuntos relativos al porto de A Pobra.

Además, desde el ente público autonómico presidido por Susana Lenguas Gil se precisó que ya se está empezando a analizar la situación de dichas instalaciones y tiene previsto acometer actuaciones de reparación de las estructuras flotantes de los pantalanes,  que serán tratadas con los responsables de la referida cofradía, al igual que está previsto que se analice en esa entrevista todo lo relativo a la seguridad de dicho recinto portuario. Portos de Galicia indicó que siempre se atienden las solicitudes de reunión que recibe “en aras do diálogo e co obxectivo de escoitar as inquedanzas dos usuarios dos portos e de facilitar o seu traballo diario”.

Los bateeiros denunciaron que los dos pantalanes en los que amarran sus embarcaciones presentan un deficiente estado y que al no repararse se sigue agravando. Prueba de ello es que en el extremo de uno de esos pantalanes hay un brazo de atraque con cuatro flotadores de cemento y huecos por dentro que están rotos y medio hundidos, por lo que sostienen que resultan inservibles, mientras que en el situado al otro lado se soltaron dos flotadores, uno de los cuales se pudo recuperar y se evitó que se convirtiera en un peligro para la navegación, mientras que del otro nada se sabe. De igual modo, advirtieron que la superficie de madera de esos pantalanes está podrida y presenta tablones rotos, además de que resulta resbaladiza. Los marineros también se quejaron de la falta de iluminación y seguridad, así como la sucesión de robos, entre otras cuestiones.