Reportaje | En el “paraíso” Dvicio

Reportaje | En el “paraíso” Dvicio
Andrés subió al escenario a dos fans, a los que dedicó “Se me olvidó quererte” | Chechu

“Esto es lo que a uno le recompensa, lo que vale la pena. Es muy bonito venir a un sitio nuevo y que la gente cante tus canciones”. Con estas palabras se dirigió Andrés Ceballos, cantante y líder de Dvicio al numerosísimo público asistente a su concierto en la Praza de España en Ribeira, y que se convirtió en un perfecto coro de la banda madrileña. Sobre todo eran adolescentes, a algunos de los cuales les acompañaban sus padres intrigados por saber quienes eran esos músicos que enloquecen a sus hijos y a los que acabaron por gustar todos los temas, pero también había otros adultos que reaccionaron de igual modo y que permanecieron hasta que los fuegos artificiales iluminaron la calurosa noche estrellada en la capital barbanzana para dar por finalizada la actuación. “Me encantaron todas”, dijo uno al marcharse.
No se hicieron esperar los integrantes de Dvicio ni tampoco uno de sus grandes éxitos, pues abrieron el concierto con “Que tienes tú”, que da nombre a su segundo disco y que las chiquillas que situadas en las primera filas tras la barrera del foso de seguridad interpretaron casi sin respirar y mirando con devoción a sus ídolos. Sin hacer pausa, sonaron los acordes de uno de los temas de su primer álbum, “Justo ahora”, con cuya letra parecían identificarse bastantes del público. Con el público totalmente entregado y tras cantar “Quizás”, una balada en la que la estrofa “tú sabes cómo completar mi puzzle con todas tus piezas” ablandó el corazoncito de las quinceañeras, llegó el momento de mayor histeria de los fans: Andrés Ceballos solicitó voluntarios para subir al escenario y empezaron a sobresalir brazos por encima de las cabezas y se escucharon gritos de “yo, yo”. Pero la que se llevó el gato al agua fue Miriam, para la que una amiga lo pidió con motivo de su 18 cumpleaños. El otro elegido fue un niño de corta edad, Aaron, que estaba siguiendo el concierto sobre los hombros de su padre. A ambos les dedicó “Se te olvidó quererme”.
El cantante también quiso hacerle un guiño a su visita a Galicia, cuando en su interpretación de “Sácame de aquí” se le ocurrió cantar algo en gallego, para lo que pidió la ayuda del público, y lo hizo con alguna que otra dificultad con “o teléfono é testigo dos bicos que non din”. No tardó en llegar otro de sus grandes éxitos, “Enamórate”, a los que siguieron, entre otros, la archiconocida “Paraíso”, compuesta para dedicársela a los suegros, “No te vas” y ““Quédate”, que fueron algo sintomático de lo que estaba pasando, pues la gente no se marchaba; para seguir con “Superhéroe”, “Quién soy”, “Idiota”, “Rebeldes”, “Nada”, “17 años” y rematar la actuación por todo lo alto con “Casi humanos”. Tras bajar a saludar a sus seguidores, tuvieron tiempo para atenderlos, sacarse fotos y firmarles sus discos. l

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