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jueves | 25 abril | 2024
Cuando desaparece una persona y pasan las horas sin que se sepa nada de su paradero, la empiezan a temerse lo peor. Sin embargo, en el caso del octogenario J.B.C., afortunadamente, la historia tuvo un final feliz y fue localizado sano y salvo, aunque totalmente empapado y con evidentes síntomas de hipotermia. Curiosamente, el hombre, que desde hace años vive en pleno centro de Riveira, fue encontrado tumbado en una esquina del patio de su vivienda natal en el núcleo rural de Frións (Carreira), en la que actualmente reside una hermana, con sus hijos y nietos. De hecho, fueron uno de estos último y su madre -sobrina de J.B.C.- quienes lo encontraron.
Sus familiares le perdieron la pista en torno a las nueve y media de la noche del domingo, cuando iban juntos a un local de hostelería de la Avenida del Malecón. Al parecer, el hombre se retrasó unos metros y, cuando echaron la vista atrás, el hombre ya no estaba. Empezaron a buscarlo por las inmediaciones, pero sin resultado positivo, por lo que alertaron a las fuerzas del orden. De forma inmediata, se movilizó a efectivos de las Policía Local y Nacional, que empezaron a rastrear por la zona portuaria, así como por las playas más próximas al centro de la ciudad, como Coroso y O Touro, y la palmeirense de Río Azor. Además, se realizaron gestiones en el Hospital do Barbanza para saber si ingresó alguien que responda al nombre del desaparecido o a sus características físicas, pero el rastreo siguió siendo infructuoso.
En torno a las doce menos cuarto de la mañana de ayer, uno de sus familiares que reside en la casa natal de J.B.C. levantó la persiana de una habitación que da al patio y vio a una persona tumbada en el suelo y que, debido a que no se movía, creyó que estaba muerto. Fue entonces cuando dio la voz de alarma y tanto él como su madre se dirigieron hacia ese lugar. En el camino se encontraron con un vecino que iba con animales para una finca, y al que le informaron del hallazgo. Lo que no pensaban era que se trataba de su familiar, pero al darle la vuelta comprobaron que era la persona a la que había dado por desaparecida.
Estaba completamente empapado, fruto de que pasara la noche, con un duro temporal, a la intemperie y presentaba síntomas de hipotermia, por lo que le taparon con mantas, y algunos rasguños en la frente y la nariz. Avisaron a la Policía Local, que se desplazó al lugar, y luego los hicieron efectivos de la comisaría y una ambulancia del 061, que evacuó al octogenario al Hospital do Barbanza para someterle a un reconocimiento. n
