RIVEIRA-Milagro fruto del Nazareno

RIVEIRA-Milagro fruto del Nazareno
el joven francisco javier gómez muestra las heridas en sus brazos chechu río

Francisco Javier Gómez González, auxiliar de la Policía Local de Riveira durante este verano no olvidará fácilmente el atropello del que fue víctima el domingo por la mañana. Participaba en el operativo desplegado en A Pobra con motivo de la procesión de las mortajas del Nazareno. Regulaba el tráfico rodado en la entrada a la villa por el acceso desde el polígono industrial de A Tomada, a la altura del cruce de la Rúa Atalaia, cuando un Renault Clío con matrícula 4537-GWW lo arrolló. El coruñés de mediana edad que conducía el coche se vio deslumbrado por el sol, no se percató de la presencia de ese joven de 22 años y se lo llevó por delante, dejándolo malherido.
Este auxiliar de Policía Local recordaba ayer que llegó a ver como ese vehículo se dirigía hacia él, pero estaba tan encima que no tuvo tiempo de apartarse. Su reacción instintiva fue la de poner las manos por delante contra la parte frontal del turismo con el fin de amortiguar el impacto. Lo consiguió en parte, pues Francisco Gómez acabó siendo levantado por el automóvil y lanzado por los aires a unos diez metros de distancia del lugar el atropello, cayendo sobre el asfalto. Afortunadamente, gracias a que colocó los dos brazos por delante, el muchacho cayó sobre ellos sólo sufrió múltiples rasguños y contusiones, pero el susto que se llevó fue morrocotudo.
“Tivo moita sorte, pois noutras circunstancias as consecuencias serían moito máis graves”, dijo un testigo. Otros apuntaron que la intercesión del Divino Nazareno pudo obrar el milagro y evitar que las consecuencias de ese accidente fueran más graves para este auxiliar de Policía Local, pues precisaron que en ese cruce ya murieron 4 personas fruto de atropellos.
Pese a todo, Francisco Gómez  acabó levantándose de inmediato y regresó a la intersección en la que estaba destinado para seguir dirigiendo la circulación. Dice que lo tuvo que hacer con uno de sus brazos, pues aunque tenía ambos muy doloridos, “tiven que facer como mellor puiden”. Afirmó que, pese a que no podía con su cuerpo, le entró la paranoia de que si se quedaba tirado en el suelo, iban a llegar muchos coches a la zona de los semáforos, donde estaba cortado el tráfico por el paso de la procesión, y sospecha que se podría generar una situación caótica.
Poco después, en el lugar del accidente se presentó una ambulancia de la empresa Ambunova, cuyo personal le atendió in situ. Le hicieron las primeras curas y cuando le dijeron que lo iban a evacuar a un centro sanitario declinó ese ofrecimiento y continuó con su trabajo. Luego acudió un equipo de atestados de la Guardia Civil de Tráfico de Santiago para instruir diligencias sobre el atropello. Ya por la tarde, unas vez acabó con su turno de trabajo, el auxiliar de Policía Local de Riveira que fue arrollado en A Pobra se desplazó hasta el Hospital do Barbanza, para que le realizasen pruebas para descartar cualquier lesión.  En concreto, le hicieron radiografías de la zona lumbar, de la columna y del omóplato. Le diagnosticaron un esguince cervical, policontusiones por todo el cuerpo y unas heridas en la zona de los brazos más próxima a los codos fruto del “aterrizaxe”, como llegó a describir su experiencia vivida el domingo.
Aunque este fue el atropello más grave que sufrió, aunque vive para contarlo, recuerda que hace una década un coche que se había detenido en un margen de la Avenida de A Coruña, de Riveira, y reanudó la marcha en el momento en que él empezó a cruzar esa calzada y acabó arrollándolo por las piernas. Fue trasladado al hospital y le dieron el alta ese mismo día.

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