La plaza de abastos de Ribeira sufrió a primera hora de esta mañana el quinto robo desde que abrió sus puertas en mayo de 2016. Fue el encargado de estas instalaciones municipales el que se percató de lo ocurrido en torno a las siete y veinte de la mañana cuando acudió a abrir dicho recinto de ventas, principalmente de pescados y mariscos, pero también de otros productos frescos como carnes y frutas. Nada más entrar al edificio con su bicicleta vio como había un individuo dentro y que al percatarse de que lo había descubierto inicio la huida por la puerta corredera de cristal por la que había entrado y en la que se cortó, como lo demuestran las manchas de sangre que había en la misma -que también rompió o astilló en su parte inferior- y en otros sitios concretos del mercando municipal por los que se movió.
Aunque no le pudo ver perfectamente la cara pues estaba todo bastante oscuro y llevaba una visera que le tapaba parcialmente el rostro, el encargado pudo facilitar en la denuncia que ya presentó en la comisaría ribeirense una descripción del individuo al que sorprendió en el interior de la plaza de abastos. Indicó que medía 1,80 metros, pesa unos 80 kilos y tiene la cara alargada. En el interior de esas instalaciones había gran cantidad de cajas de marisco congelado derramadas por el suelo, e incluso se pudieron ver gambas tiradas por la calle peatonal, por donde se cree que inició su huida. Varios de los puestos estaban revueltos y con las cajas registradoras forzadas, para lo que utilizó un cuchillo que le rompió al utilizarlo con ese fin. Los placeros indicaron que no suelen dejar mucho dinero en ellas, más allá de las monedas de céntimos.
Aunque por el momento se desconoce el botín que se pudo llevar, parece que abrió varios de los arcones congeladores, de los que sacó bastantes cajas con producto. Pero algunas fuentes apuntaron que no pudo ser mucho lo que se llevó habida cuenta de que mucha mercancía quedó tirada en el suelo, aunque los vendedores la dan por perdida pues está dañada y no la pueden vender. Varios de los afectados por este robo recordaron que ya le pidieron al Concello de Ribeira la instalación de medidas de seguridad, principalmente la colocación de rejas para que los ladrones no tengan tantas facilidades para acceder al edificio, y manifestaron que después de este último robo se atendida su demanda.