El septuagenario fallecido en A Pobra pretendía ir a coger agua salada para el marisco en una zona junto la rampa

El septuagenario fallecido en A Pobra pretendía ir a coger agua salada para el marisco en una zona junto la rampa
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Esa es la principal hipótesis sobre la que se trabaja para hacer una cronografía de sus últimos momentos de vida, pues en sus inmediaciones fue encontrada una botella que se cree que pretendía usar con ese fin. Al principio se creyó que pudo caer por una barandilla desde una plataforma más elevada, pero perdió fuerza al percatarse de que estaba algo alejado el cuerpo de allí cuando fue encontrado. Todo apunta que pudo sufrir un desvanecimiento o tropezón al caminar por la rampa y luego recibió un fuerte golpe en la cabeza al caer al suelo. Lo que se desconoce es el momento exacto de la muerte, algo que podría aclarar la autopsia que se le practicó en el Hospital Provincial de Conxo, a donde fue trasladado por Pompas Fúnebres del Noroeste.
En la entrada de la rampa fue encontrado su coche abierto y sin llaves, por lo que se buscó en los bolsillos por si aparecían, pero se cree que se las llevó la marea. El cuerpo de este septuagenario, que vivía sólo en un piso de la urbanización O Lagar, estaba mojado y no presentaba signos de violencia. Además, llevaba encima sus pertenencias, incluidas documentación y dinero, por lo que se descarta que alguien lo golpease para robarle. De hecho, se apunta a una muerte natural como la causa más probable de lo que le sucedió. Sus restos mortales regresaron a primera hora de la tarde a la villa pobrense para ser velados en el tanatorio Jesús de Nazareno, de donde partirán mañana a las 10.30 horas hacia Baroña, de donde era natural, y en cuya iglesia se celebrará un funeral y posterior entierro en el cementerio. Quienes lo conocían recuerdan su calidad humana, que salía mucho a pasear y que acudía un par de horas todos los días a jugar a las cartas al centro sociocomunitario pobrense.

La tragedia también afectó con anterioridad a algún familiar del septuagenario fallecido, pues uno de sus yernos, Mario Piñeiro Ribeiro, de unos 55 años y trabajador de la empresa pobrense Transportes Mapir, falleció a medioados de agosto de 2016 en el Clínico de Santiago, a donde llegó consciente e identificando a los familiares que tenía a su lado, pero las hemorragias internas que sufría por un golpe en la cabeza al precipitarse desde cierta altura resultaron letales. Ese hombre fuera víctima de un accidente laboral que se registró horas antes cuando cargaba una máquina en la conservera Frinsa, en el polígono industrial de Xarás, en Ribeira. Otros operarios ya lo encontraron tirado en el suelo y con un golpe en la cabeza. l

El septuagenario fallecido en A Pobra pretendía ir a coger agua salada para el marisco en una zona junto la rampa

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