Un amplio despliegue de guardias civiles armados en la AG-11 alerta a conductores

Los cientos de vehículos que circularon desde primera hora de la mañana de ayer y hasta el mediodía por la Autovía do Barbanza en dirección hacia Padrón se sorprendieron y alarmaron cuando al rebasar el acceso de Rianxo y poco antes de la subida de las curvas de Vilas se tropezaron con un amplio despliegue de guardias civiles “armados hasta los dientes, como si de los antidisturbios de la Policía Nacional se tratase”, como llegó a manifestar a este periódico uno los automovilistas que los vieron y que quedaron muy intimidados por ello.

Había cerca de una decena de coches patrulla en ese mismo punto, así como otros de camuflaje que se desplazaban por las inmediaciones. Del mismo modo, se pudo ver a algunas decenas de agentes uniformados con metralletas colgadas en sus hombros y sujetas por las manos. Todos ellos y algunos otros formaban parte de un operativo de control de carácter preventivo del Grupo Rural de Seguridad (GRS) de la Guardia Civil de Pontevedra. Aunque desde la Benemérita se guarda absoluto secretismo respecto a esta intervención, pudiera estar relacionado con una operación contra el furtivismo, debido a que esta zona está siendo muy castigada por esta lacra.

La señalización que se encontraron los conductores poco antes advertía de la reducción de la velocidad y luego todos los vehículos eran dirigidos juntos por un solo carril para poder controlarlos perfectamente y dar el alto a los que podrían levantar sospechas o que simplemente se ajustaban al perfil que estaban buscando. El resultado del operativo policial es una incógnita.

Un amplio despliegue de guardias civiles armados en la AG-11 alerta a conductores

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