Un bar asaltado tres veces hace un par de meses vuelve a ser víctima de ladrones

Un bar asaltado tres veces hace un par de meses vuelve a ser víctima de ladrones
Un operario intenta reparar la máquina tragaperras que fue desmontada por los amigos de lo ajeno CHECHU RÍO

Desde hacía un par de meses no se tuvo conocimiento de robos del dinero de las tragaperras en establecimientos hosteleros del casco urbano de Riveira, hasta que ayer volvieron a actuar los amigos de lo ajeno. Fue en un bar situado en la Rúa de Galicia que entre el 22 de septiembre y los primeros días de octubre fue víctima de otros tres episodios similares, dos de ellos en noches sucesivas, y donde los ladrones se llevaron botines por un importe total de 1.200 euros, además de los daños materiales. En esta ocasión, los cacos no tuvieron tanta fortuna y se tuvieron que conformar con calderilla, debido a que desde hace un tiempo recogen diariamente la recaudación de esas máquinas, y tan sólo dejan monedas de pequeño valor. Además, se llevaron una caja con dos kilos de langostinos.

El caco entró en el local por un tragaluz después de acceder a una vivienda continua que está abandonada

La forma que tuvieron de entrar en el local fue similar a anteriores ocasiones, haciéndolo por un tragaluz que da a la cocina del bar. Sin embargo, los amigos de lo ajeno variaron ligeramente la forma de llegar hasta el patio de luces que hay sobre ese ventanuco, debido a que antes lo hacían directamente tras saltar un muro, al que llegaban por el método del escalo usando las rejas de las ventanas de una casa cercana. Sin embargo, en esta ocasión se encontraron con una mayor altura en ese tabique de bloques, por lo que la alternativa que utilizaron fue la de acceder por la ventana de una casa abandonada.

Parece ser que en el interior del inmueble entró una sola persona en torno a las cuatro menos cuarto de la madrugada del viernes, que permaneció unos cinco minutos en el interior de la cocina, posiblemente buscando algo que llevarse, y después entró a las agachadas en el bar hasta llegar a la altura de la tragaperras. Una vez allí, el caco realizó un trabajo bastante limpio, pues sacó un embellecedor y el cristal para luego retirar los elementos que le impedían acceder a las cajas de la recaudación. Una vez se llevó el botín, huyó del lugar, haciendo saltar la alarma.

El robo fue grabado por dos cámaras de vigilancia que el dueño del local instaló a raíz de los anteriores robos. Parece ser que el ladrón llevaba puestas una botas de montaña, prendas deportivas oscuras y el rostro cubierto. Nada más recibir el aviso de la central de alarmas, al establecimiento acudieron tanto su dueño como la Policía Nacional, aunque ya no encontraron a nadie dentro, pero recogieron algunas pruebas, entre ellas las imágenes de las cámaras.

Un bar asaltado tres veces hace un par de meses vuelve a ser víctima de ladrones

Te puede interesar