La versión dada por “O Chiclé” sobre el crimen de Diana Quer no cuadra con la investigación

La versión ofrecida por el rianxeiro José Enrique Abuín Gey, alias “O Chiclé” sobre el crimen de Diana Quer, y que trató de repetir en la reconstrucción de los hechos efectuada el viernes en los escenario del trágico suceso, poco tienen que ver con las conclusiones a las que hasta ahora llegó la Guardia Civil en sus investigaciones. No dudan de que pudiera haber ido con su Alfa Romeo 166 hasta el final de la Rúa Venecia, a la altura de las marismas de A Xunqueira, a robar gasóleo en las caravanas de los feriantes, pero no coinciden con lo que creen que le sucedió a la joven madrileña.
“O Chiclé” indicó durante la reconstrucción el punto exacto en el que, según él, estranguló involuntariamente a Diana Quer. Se trata de un callejón oscuro y de corto recorrido que hay entre las naves del barrio de Os Cataláns. Pero, ese vial se aleja del recorrido natural que tendría que hacer la malograda adolescente en su regreso del recinto de las fiestas en el entorno de los jardines Valle-Inclán y su casa de veraneo en el Alto de Cabío, por lo que no parece probable que accediera a él. Que Enrique Abuín diga que la sujetó del cuello después de que la sorprendiera robando gasóleo si se tiene en cuenta el contenido de los mensajes de WhatsApp que le envió a un amigo de Madrid en el que le indicaba que se estaba acojonando porque un individuo le estaban llamando al grito del tan repetido “morena ven aquí”.
Tampoco encajaría en la “discusión de pareja” que un feriante declaró que le pareció escuchar esa noche, y a la que en ese momento no le dio más importancia, en la que una chica decía “déjame en paz, no quiero saber nada de ti”, a lo que el hombre le respondió “pero, espera, por favor, espera...”. También contrasta con lo que dijo una pareja de que en torno a las tres menos veinte de la madrugada del 22 de agosto de 2016 vio cerca del puente de San Antonio a una muchacha cuya descripción coincide con la de Diana Quer.
De todas maneras, “O Chiclé” repitió durante la reconstrucción de los hechos el contenido de la declaración que realizó a comienzos de mayo pasado en sede judicial. Señaló el lugar en donde aparcó su coche en la Rúa Venecia y como sacó dos bidones del maletero para dirigirse hacia una caravana de los feriantes aparcada en una curva en el tramo final de esa calle. Incluso escenificó como extrajo el combustible.
Y explicó que al percatarse de que la había descubierto la muchacha que lo vio desde el referido callejón, fue a por ella y le echó la mano derecha al cuello y le apretó hasta que vio que no movía los ojos, que le quedaron en blanco, por lo que precisó que le dio dos o tres golpes en la cara, pero no reaccionó. Fue entonces cuando cargó con ella hasta el Alfa Romeo y la metió en los asientos traseros, donde la embridó. En la recreación regresó a la furgoneta que simulaba ser la caravana de la que robaba gasóleo, recogió los bidones y volvió corriendo con ellos a su coche, para luego salir de A Pobra por el acceso norte y dirigirse hacia la nave de Asados. l