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jueves | 25 abril | 2024
Aproximadamente 18.400 niñas se encuentran en riesgo de sufrir una mutilación genital femenina (MGF) en España. Se trata de menores de catorce años que, aunque residen en este país, son originarias de regiones en las que esta práctica tiene un fuerte arraigo.
Son datos dados a conocer a través de la publicación de una actualización del Mapa de la MGF en España, a través de una organización científica que lucha contra esta práctica. Los datos manejados pertenecen al año 2016, y han permitido constatar que el número de niñas que se encuentran en riesgo ha aumentado un 63,85% entre 2008 y 2016. Un panorama dentro del cual, al menos, se ha registrado una ligera bajada con respecto al año 2012.
La mutilación genital femenina o ablación comprende riesgos que van desde las complicaciones en el embarazo y el parto, hasta la muerte; suele generar disfunciones sexuales y dolor, aumenta las posibilidades de infecciones de por vida y puede generar daños psicológicos graves.
Desde esta organización se ha alertado acerca de la necesidad de aplicar estrategias preventivas, así como formar a los profesionales de la salud, para conseguir que las familias desistan de esta práctica que puede tener consecuencias nefastas para la salud.
Este estudio ha dado a conocer también que son alrededor de 70.000 las mujeres que, procediendo de países donde se practica la mutilación genital femenina, se encuentran en España en este momento. Esto refleja un incremento del 5,2% con respecto a 2012.
La MGF es una práctica que se extiende por 28 países pertenecientes al África subsahariana, Oriente Próximo y Asia. Desde Unicef se asegura que 200 millones de mujeres de todo el planeta han sido mutiladas, en tanto que 3 millones se encuentran en riesgo.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como mutilación genital femenina todos aquellos procedimientos que, de forma intencional, y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos. La OMS distingue cuatro tipos de maneras de hacerlo: el tipo I, que es la clitoridectomía; el tipo II, que sería la escisión, el tipo III, constituido por la infibulación, y finalmente el tipo IV, consistente en los demás procedimientos lesivos de los genitales externos con fines no médicos, y que incluye piercings y raspados.
La Comunidad Autónoma donde residen más niñas que se encuentran en riesgo es Cataluña, concretamente 6.295. Una cifra que representa el 34% del total en toda España, y que es menor a los 6.699 casos que se registraban en 2012. Le sigue Madrid, con 2.128 niñas, y después Andalucía, con 1.741.
El número de menores que están en riesgo dentro de España ha descendido levemente entre 2012 y 2016, concretamente un 0,35%. Un dato que no ha de ser necesariamente positivo, ya que se ha señalado como posible causa el hecho de que en este tiempo han venido menos mujeres por reagrupación familiar, lo cual ha producido una caída en la tasa de fecundidad. Todo ello debido a la crisis económica. Se ha apuntado también a la vuelta de muchas niñas a su país de origen.
En Cataluña existe un protocolo de atención y prevención de la MGF, pero no todos los expertos se encuentran satisfechos con su aplicación. Se trata de un documento que da prioridad a la formación y el seguimiento de los profesionales del ámbito de la salud, para que estos aborden situaciones de riesgo. En última instancia, y si ninguna de las otras medidas preventivas sirvieran, procedería la intervención policial.
No obstante, algunos especialistas han manifestado que los Mossos están actuando en primer lugar, por ejemplo, a través de la retirada de pasaportes antes de viajar, o mediante actuaciones punitivas.
Se estima que son 357 las actuaciones de la policía que han tenido en Cataluña a nivel preventivo a partir de 2008. Con respecto al resto de España, se ha hecho especial hincapié en la falta de voluntad política.
La fundación que ha dado a conocer estos datos cuenta con un observatorio transnacional entre Barcelona y Gambia, donde la mutilación prevalece a un 7%, y se ha dado desarrollo a una metodología para la lucha contra la mutilación genital femenina en los países de origen a través de lo que se ha venido a llamar la “cascada de conocimiento”.
Este concepto hace referencia a la expansión de la evidencia científica por todos los estratos sociales, abarcando tanto gobernantes, como líderes culturales y parteras tradicionales.
Desde la fundación han querido destacar los estudios que han hecho, en los cuales han demostrado que se trata de una práctica con consecuencias para la salud, tanto a corto como a largo plazo, en cuanto a morbilidad y mortalidad maternoinfantil. A lo que se ha añadido que las mujeres mutiladas tienen 4 veces más probabilidades de sufrir complicaciones durante el parto.
