A la final en el séptimo penalti

A la final en el séptimo penalti
casillas, vital durante el partido, no detuvo ningún lanzamiento de penalti, pero el error de bonucci y el acierto de todos los españoles dieron a la ‘roja’ el pase a la final efe

España accedió a la final soñada de la Copa Confederaciones, en Maracaná ante Brasil, tras poner de su parte una vez más el factor fortuna en la tanda de penaltis final (7-6), tras un gran duelo sin goles ante Italia, que volvió a demostrar que es la selección que más hace sufrir a la ‘Roja’.

Cinco años después el destino tenía deparado otro momento imborrable para la generación de oro del fútbol español. De nuevo Italia y unos penaltis. Como en los cuartos de final de la Eurocopa 2008 el día que España se liberó y desató su época dorada. Otro empate sin goles. Con más sufrimiento por el perfecto planteamiento de Italia que se topó con Iker Casillas y acabó llorando su mala fortuna en suerte última, con Navas de héroe sentenciando una tanda de penaltis perfecta hasta el fallo del central Bonucci.

España tuvo un desgaste inhumano. Convertido en referencia mundial por sus éxitos, saltó al césped con tal oficio que ningún rival le intimida. Son sus enemigos los que modifican su identidad para buscar el camino de hacer daño a los campeones. Italia lo consiguió en el primer partido de la última Eurocopa. Prandelli tenía la formula. Más aún cuando comprobó que dejarse llevar por una apuesta valiente en la final le costó una goleada. Italia cambió su dibujo. Eliminó espacios poblando el centro del campo con un 3-4-2-1. Atacó con velocidad. La exigencia comenzó a ser máxima.

La personalidad de España le lleva a querer la pelota con indiferencia del nombre del rival que tenga enfrente. La buscó de inicio, cuando Pedro avisó con un disparo cruzado. Desde los primeros compases se vio que Italia tenía muy clara la lección.

Los minutos y la falta de ideas generaron ansiedad. España se adentraba en la precipitación. Añoraba el protagonismo de Iniesta. El escenario se posicionaba a favor de Italia. Fue cuando Ramos lideró la defensa y emergió la figura de Casillas. Cada minuto llegaba un susto. El guión de la película había tenido un giro inesperado. España necesitaba el balón.

Italia no sufrió pero se estrelló en Casillas. A los 36 minutos dejó una de esas paradas salvadoras que dan partidos. Maggio estaba en todas y su cabezazo colocado se encontró la estirada del capitán cuando el balón se encaminaba a la red. En su peor momento ante el único rival que le ha hecho sufrir, apareció Torres para rozar el gol en una acción individual.

La segunda no podría ser peor para la ‘Roja’. Se rebajó el ritmo. Es lo que provoca un partido a las cuatro de la tarde con 32 grados y un alto nivel de humedad.

Llegaba el momento de Navas. Fue un soplido de aire fresco para España, que debió buscarle más. Desequilibró siempre y Buffon comenzó a intervenir. El cansancio marcaba el bonito duelo de fuerzas. Se levantó Italia por momentos.

Llegaba la prórroga y España impuso su potencial. Lo hizo tras el mayor susto, un latigazo al poste de Giaccherini a los tres minutos del inicio. Piqué tuvo dos, Ramos otra y se desgañitó pidiendo a Howard Webb un empujón. Rondaba el gol España ante una Italia sin fuerzas. Y no cesó en su intento en la segunda parte de la prórroga, cuando Italia firmó los penaltis. Mata la tuvo desde la frontal y la suerte dio la espalda con un disparo lejano de Xavi que Buffon desvió a mano cambiada y repelió el palo. El recital de los últimos compases no encontró el premio. Levantó al público que tanto silbó a España y acabó ovacionando su entrega. Javi Martínez perdonó y los penaltis decidieron. n

A la final en el séptimo penalti

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