Abalo reconoce que estos días le paran en la calle y le piden “que non se poña herba de plástico na Lomba”

Mucha polémica y un enorme interés está suscitando la posibilidad de un cambio de superficie en el campo de A Lomba, concretamente quitar la hierba natural y poner en su sitio césped artificial. El Concello apuesta por el cambio, pero no parece que el arosismo esté demasiado de acuerdo. En el seno de la directiva la primera opción es mantener la hierba natural aunque consideran que el club necesita una instalación donde juntar a todos sus equipos tanto en el trabajo diario de entrenamientos como el fin de semana en la competición. Ello supondría muchas ventajas para el club y afirman que también la posibilidad de aumentar los ingresos. Y si no hay otro campo alternativo donde poder hacerlo consideran que A Lomba sería una buena opción. Eso sí, “eu son de herba natural ao cen por cen”, asegura el presidente. Opinión que comparten todos los directivos y al parecer buena parte de los socios. Y es que desde que se hizo pública la posibilidad del cambio de superficie han sido muchos los aficionados que no han dudado en manifestarle directamente a Manolo Abalo su opinión en plena calle. El presidente del Arosa asegura que “estes días párame moita xenta pola rúa para respaldar todo o que estamos facendo no club, pero tamén me din que non comparten que se lle poña herba sintética á Lomba, máis ben me din que non se coloque herba de plástico”.
Si finalmente no hay otra opción el club estaría dispuesto a aceptar el cambio en su campo, aunque por el momento nada está concretado. Abalo solicitará una reunión con el alcalde para tratar el tema y definir las posturas y alternativas. Será entonces cuando el club adopte una decisión al respecto, aunque en el caso de que finalmente se encamine hacia el cambio en A Lomba “non será a directiva a que decida sin antes consultar aos socios”.

un futuro incierto
El cambio de hierba natural a sintético lo es para siempre. No hay marcha atrás. Y el problema es que los campos artificiales tienen una duración de unos 10 años y a los 5 empiezan a notarse los efectos del desgaste. Y ahí surge la gran duda del Arosa. ¿Qué pasará cuando eso ocurra? Abalo quiere respuestas y compromisos de la administración. n