El San Martín está virtualmente ascendido a Primera Autonómica tras ganar 1-0 al Cerponzóns en Vilaxoán en un partido que se suspendió cuando restaban los tres minutos de prolongación para su conclusión. El árbitro tomó la decisión después de que un aficionado visitante lanzase una botella de cristal al terreno de juego, que por suerte no impactó en nadie. El trío arbitral detuvo entonces el partido y llamó a la Policía Nacional, que se personó en la instalación. Durante media hora los aficionados locales esperaron a que se reanudase el juego, pero el trencilla optó por la suspensión definitiva y el ascenso del San Martín, al que le llegaba el empate para lograrlo, queda ahora en suspenso hasta que la Federación tome una decisión tras lo sucedido.
Foto: Mónica Ferreirós
El partido despertó una gran expectación en el Municipal de Vilaxoán, donde se reunieron varios centenares de aficionados, algunos de ellos visitantes, desplazados en dos autobuses. Debido a la propia tensión de lo que estaba en juego, los ánimos se fueron caldeando en la segunda parte. El San Martín se quedó en inferioridad numérica por la expulsión de Losada, pero aun así logró ponerse por delante con el gol de penalti transformado por Bugallo. Fue entonces cuando se produjo el comportamiento bochornoso de los aficionados del Cerponzóns, incluso alguno saltó al campo y realizó gestos lamentables a la grada. Afición y directiva local no daban crédito, al igual que los jugadores, que se quedaron sin poder celebrar el ascenso una vez que el colegiado Millán Montero decidió no reanudar el juego.
La afición celebra el gol de penalti de Bugallo que sentencia el ascenso
Los jugadores y el técnico Lino González esperando por la reanudación