El Amanecer tuvo más oficio que el Umia en un tenso derbi

Para entender lo que estaba en juego ayer por la mañana en A Bouza bastaba con ver al final del partido a los jugadores locales desplomados sobre el campo lamentándose de la derrota y escuchar los gritos de alegría en el vestuario visitante. Umia y Amanecer, dos equipos que en los últimos años llevan trayectorias paralelas ascendentes, rivalizaron en un derbi que se está convirtiendo en un clásico del fútbol modesto saliniense las últimas temporadas. Ganaron los visitantes 2-3, si bien pudo caer de cualquier bando. El resultado es un espaldarazo para los de San Vicente, que a falta de cinco jornadas están en posiciones de ascenso. El Umia ve frenadas sus aspiraciones, pero siguen intactas, por mucho golpe anímico que suponga el traspiés de ayer en el derbi.

Los locales apostaron por lo emocional para preparar la cita. Lo cierto es que los dos equipos se entregaron. Fue un partido de disputas constantes, de mucha tensión, bastante polémica y que se decantó por errores puntuales. En A Bouza, debido a sus reducidas dimensiones a lo ancho, es complicado echar el balón al piso y combinar. Apenas hay espacios. Los dos equipos apostaron por el juego directo, tratando de ganar espaldas y segundos balones.

Desde el primer minuto saltaron chispas en cada balón dividido y al árbitro se le fue de las manos muy pronto el derbi con las primeras tarjetas. Era una guerra de guerrillas, conscientes ambos de que cada falta suponía una oportunidad de gol a balón parado. Sobre todo si hay un lanzador como Suso Vidal en los visitantes. El cambadés conserva su “guante”. Puso dos balones de gol bien solventados por la zaga local antes de que el Umia golpease primero. Al cuarto de hora, en la primera jugada en la que pudieron combinar en campo contrario. Rubén se cayó a la izquierda y sacó un gran centro al segundo palo, tocó Jito para que Chu, el cazagoles, demostrase su don del oportunismo en área pequeña. Haciendo un escorzo la puso pegada al palo perfecta (1-0).

Un dudoso fuera de juego un minuto después señalado al Amanecer acabó con el técnico visitante Ricardo Dios expulsado. Sin hacer demasiado el equipo meco dio la vuelta al partido en un abrir y cerrar de ojos (del minuto 21 al 24). El 1-1 llegó en un balón largo sin aparente peligro en el que Melchor aprovechó el error de Juanjo para batir a Eloy. El 1-2 lo marcó Dani Arosa en un penalti que él mismo se inventó con la colaboración del árbitro. El veterano delantero buscó el contacto con Chiño de forma descarada y el colegiado picó.
Por delante en el marcador en la primera parte el Amanecer estuvo cómodo, sin apenas hacer concesiones y teniendo muy claro como hacer daño a un Umia que acusó el golpe de los dos goles. Aún así, los de Pablo Torres generaron tres buenas opciones para empatar antes del descanso. Primero en una falta lateral, luego en un resbalón del lateral Manu, que aprovechó Pablo Porta para internarse en el área y disparar topándose con Vila. Y por último en otra acción larga a balón parado en la que Juanjo, siempre llegando por sorpresa y estrategia al segundo palo, casi cuela en la meta visitante su centro bombeado.

Segunda parte
El Umia salió fortísimo en la segunda parte. Avisó Chu a los pocos segundos y en el 47 llegó el 2-2. Falta lateral, la pone de zurda Rubén cerrada, el meta Vila mide mal y no llega lo suficiente para despejar, tras dar en el larguero, entre Juanjo y un defensa la envían a la red. A partir de ahí el Umia llevó la iniciativa. Tuvo varias faltas peligrosas en la frontal que no aprovechó. El Amanecer jugó más a la contra y en el 52 le anularon un gol muy polémico de Dani Arosa, por una supuesta falta al meta Eloy que fue inexistente. En el 69 casi marca el lateral visitante Manu en una indecisión de la zaga local, que estaba nerviosa. Y así, en el 72, en una falta lateral, el meta Eloy calculó mal su salida y marcó Miki de cabeza, 2-3. A partir de ahí el Amanecer manejó el partido y el reloj como un equipo veterano que empieza a oler a Preferente. l