La autoexpulsión de Carlos desencadena un amargo final en el Salvador Otero

La autoexpulsión de Carlos desencadena un amargo final en el Salvador Otero
Yago Ameneiro bate por bajo a Aarón en el primer gol del partido gonzalo salgado

La juventud juega a veces malas pasadas en el fútbol. Carlos está cuajando una excepcional temporada pero ayer se equivocó. Y seguro que se encontró con una buena reprimenda de Ricardo Dios en el vestuario. Corría el minuto 83. El Céltiga tenía el partido muy bien controlado y prácticamente ganado. En una acción de saque de banda el delantero visitante Viti cayó al suelo de golpe como consecuencia de una clara agresión de Carlos. Seguro que medió provocación, pero el caso es que el árbitro, que estaba al lado, le mostró la lógica tarjeta roja al central del Céltiga y todo se complicó. Llegaron los nervios y precisamente un desajuste defensivo en la posición en la que debiera estar Carlos propició el gol del empate del filial ourensanista. Viti peinó un balón largo y Karin aprovechó el espacio dejado por los centrales para encarar a Ruchy y batirle con una perfecta vaselina.
Fue un final aciago de partido para el Céltiga, sobre todo porque nada indicaba que el Ourense B tuviese capacidad para poner en peligro la victoria local.
Fue un partido soso, aburrido, de escaso fútbol combinativo. De hecho el balón estuvo casi más en el aire que sobre el césped. Y un claro síntoma de la imprecisión de los futbolistas es que fueron infinidad de balones los que salieron del campo y acabaron en el mar. Los encargados de recogerlos tuvieron bastante más trabajo en la segunda parte que el portero del Céltiga.
Comenzó fuerte el Ourense B pero reaccionó rápido el Céltiga y se adelantó a los diez minutos con una gran acción de contragolpe en la que resultó clave la velocidad y la visión de Berto, que primero buscó el espacio y luego cedió al centro del área para que Yago Ameneiro marcase a placer.
La primera parte fue abierta, sin dominador claro. El balón iba y venía de un área a otra, aunque las ocasiones eran escasas, por no decir inexistentes. De hecho solo cabe destacar una por bando. En ambas se lucieron los porteros, especialmente el visitante en un disparo claro desde el punto de penalti de Iago Martínez.
La segunda mitad arrancó con el empate del Ourense B. Karin aprovechó un gran pase de Carlos y la indecisión de Bolo y Ruchy para marcar con la puntera.
Pero conforme fueron pasando los minutos el Céltiga se adueñó del partido. Cierto que no creaba ocasiones pero era el que quería ganar. Y llegó su gol en un córner. Borja peinó en el primer palo, el portero se lió y Rubén, que acababa de entrar, marcó de cabeza sobre la línea de gol.
El partido parecía ganado, pero llegó entonces ese final amargo con la expulsión de Carlos y el gol segundo gol de Karin que puso el 2-2 definitivo.

La autoexpulsión de Carlos desencadena un amargo final en el Salvador Otero

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