Después de las cuatro primeras regatas de la Eusko Label Liga, el CR Cabo de Cruz ocupa la penúltima plaza con 9 puntos, los mismos que tiene el colista Kaiku. Un comienzo complicado y a la vez nada sorprendente tras la profunda remodelación en la plantilla boirense, en la que una decena de remeros titulares el pasado año dejaron el club por direntes motivos.  “Era xente con moita experiencia en ACT, tivemos que suplir esas baixas con remeiros que debutan na liga”, explica Iago Davila, que es uno de los pocos veteranos en la competición que continúa remando y además dirige este año al equipo. 

“Temos xente moi nova, eu trato de aportar experiencia e dadas as circunstancias teño que axudar tamén remando”, explica el pobrense, que se pasó la primera parte de la pretemporada haciendo correcciones desde la zodiac, para posteriormente subirse  a la trainera para vogar. 

Cabo es el referente gallego del banco fijo. Cumple su decimosegunda temporada seguida en ACT con un proyecto donde la cantera es primordial y se asumen con naturalidad los cambios de ciclos. El club atraviesa por uno de ellos en estos momentos, pero ni mucho menos Cabo se resigna a su suerte en la liga. “O barco anda bastante ben tendo en conta a situación. A pesar da clasificación estamos dando o nivel para pelexar cos rivais da liga. Estamos notando unha melloría. Ao principio cometemos erros por inexperiencia, algo normal, pero vexo que podemos loitar con eles e dar un paso máis a medida que os rapaces adquiran experiencia e se adapaten a esixencia da liga, que é diferente á Galega. Hai que ser humildes porque seguro que imos a ter tamén regatas malas”.

El primer objetivo boirense es evitar el último puesto, que condena el descenso, a partir de ahí tratarán de pelear por el décimo puesto, que da la permanencia evitando el play-off.

El tercer fin de semana de competición lleva a Cabo de nuevo al País Vasco, para remar en Pasai y Orio. La regata de hoy sábado “é toda unha incógnita” puesto que en la bahía de Pasaia se estrena un inovador modelo. En formato contrarreloj las traineras recorrerán dos largos de 1,5 millas náuticas en diferentes condiciones. Primero al abrigo de la bahía y después en mar abierto durante unos 800 metros. “Nos primeiros douscentos metros dentro do porto non debería haber correntes, logo hai más de mil metros ao longo do canal moi estreito donde a corrente empezará a notarse e por último entrará a ola de mar de fondo. Hai que irse adaptando a todas as condicións”, explica Iago Davila.  

Ya mañana en Orio será una regata en mar abierto y se espera bastante ola. Cabo ha estado preparándose mucho en Aguiño este invierno para rendir en este tipo de condiciones. “Os rapaces tiñan que coller experiencia, por iso fomos máis que nunca”.

Desde la directiva del club boirense transmiten tranquilidad al técnico y a los remeros, fieles a su filosofía, por lo que no existe preocupación por la situación en la que está la trainera este año. Incluso un descenso no cambiaría el plan de ruta, ya que en Cabo tienen las ideas claras, “non imos perder a cabeza”.