El despido del portero luso Juan, otro capítulo en la deriva del Boiro

El despido del portero luso Juan, 
otro capítulo en la deriva del Boiro
David Places despidió al portero portugués del Boiro esta misma semana | cedida

El CD Boiro despidió esta semana al portero portugués Juan De Castro solo un mes después de su fichaje. Una decisión de club en la que no ha tenido nada que ver el nuevo entrenador Víctor Santos y que se produce solo unos días después de la destitución vía telefónica en plena comida del equipo en O Barco del técnico Javier Falagán.
El despido del meta luso es un nuevo capítulo en la deriva de la gestión del club los últimos meses. David Places, pese a que dejó de ser la cabeza visible una vez nombrada la última Junta Gestora, sigue tomando todas las decisiones en Barraña. Desde que el portero luso llegó al equipo, a través de Javier Falagán, hubo problemas, ya que a Places no le convenció el nivel deportivo del guardameta y quiso cambiar los términos del acuerdo verbal. Juan De Castro ha vivido semanas muy difíciles en Boiro, con incertidumbre. Aunque no quiere entrar en detalles de lo sucedido porque trata de resolver cuestiones pendientes de su relación laboral con el club, explica que “nunca en mi vida de jugador profesional fui tan mal tratado”, y habla de “falta de respeto conmigo y con mi familia”.
“El trato hacia este futbolista ha sido inhumano”, denuncia Falagán, que todavía no ha cobrado “ni un solo céntimo” del Boiro pese a ser destituido hace una semana. El extécnico se siente “humillado” por las formas utilizadas por Places para comunicarle su desvinculación del Boiro y cree que la actuación del “presidente”, como todavía le llaman todos, en el caso del portero portugués es “un escándalo”.
Desde que Jose Luis Lemos presentó su dimisión el pasado 3 de enero declarando como “insostenible” la situación en el club debido a los reiterados retrasos en el pago e incumplimientos de palabra por parte de David Places, las cosas en el Boiro no han mejorado. Más allá de los resultados deportivos, la imagen del club se ha ido deteriorando.
El central ourensano Diego Vieytes se fue escaldado unos días después que Lemos. “Gracias a la persona que está al frente del club por hacerme ver la parte ingrata del fútbol”, explicó con resignación entonces en las redes sociales. También el guardameta Kike Reguero a su marcha prácticamente cuando se cerraba la ventana invernal declaró que no volvería a un club presidido por Places. “En el Boiro hay una Gestora, pero el único que decide es el presidente”, dijo en una entrevista en el DXT Campeón a principios de febrero.

Dos meses
A principios del nuevo año el club abonó a la plantilla la nómina de noviembre, que sin embargo no frenó la dimisión de Lemos, y unas semanas después los jugadores cobraron diciembre. Desde entonces no ha habido más pagos. En estos momentos se adeudan los meses de enero y febrero. Cabe recordar que los retrasos en los pagos y las deudas fueron compañeros de viaje la pasada temporada en el día a día de jugadores y técnicos en el Boiro. El club acabó la temporada con los meses de marzo, abril y mayo colgados, no saldó esta deuda con los jugadores a 30 de junio y acabó perdiendo la categoría vía administrativa pese a ganarse en el campo su derecho a continuar en Segunda B. Esta temporada en Tercera ya han pasado cuatro entrenadores por el banquillo, se han marchado cinco futbolistas iniciada la liga y se ha cambiado, supuestamente, de cabeza visible al frente el club.

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