La crisis se queda en A Illa

La crisis se queda en A Illa
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El Ribadumia se dejó su crisis ayer en A Illa y regresó a la península tras superar su peor momento desde que Luis Carro se hizo cargo del equipo la pasada temporada. La cara del técnico de los aurinegros tras ganar 0-1 al Céltiga en el derbi era de alivio, frente a la resignación que mostraba Manolo Núñez en los locales ante las dificultades para hacer gol de los suyos. Son tres tropiezos seguidos para los isleños, que se quedan tres puntos por detrás de la tabla de sus vecinos, que no solo ponen fin a cuatro derrotas seguidas, sino que espantan los fantasmas de las dos últimas, en las que encajaron diez goles.
El Ribadumia ganó porque en la primera parte aprovechó una de sus ocasiones por mediación de Cerqueiras, cuyo regreso al equipo cambia la dimensión del juego por banda, mientras el joven Álex Fernández en los locales se topó por dos veces con un acertado Ángel Expósito. Y ganó también porque recuperó la solvencia defensiva, apenas cometió errores, se puso el mono de faena y contuvo bien el excesivo juego vertical de los locales. 
El partido no fue bueno. Tuvo una primera parte, sobre todo la primera media hora, de ritmo alto. La segunda en cambio se jugó también sin pausa pero con más imprecisiones. El Céltiga careció de claridad para desorganizar con el balón a un rival que leyó mal casi siempre sus contraataques, algunos en superioridad numérica.
El derbi de la necesidad entre dos equipos inmersos en dinámicas negativas comenzó con una pequeña revolución en el once visitante. El técnico Luis Carro pobló su alineación de centrocampistas y uno de ellos, Pablo Mota, fue el referente en ataque. El Ribadumia planeó un partido en el que generar situaciones de desequilibrio por banda con Fandiño y Cerqueiras, mientras que en los locales la presión alta sobre la salida de balón de su rival fue su punto de partida. 
El Céltiga explotó su plan de robar en campo contrario y generó ocasiones, pero sin acierto. A los once minutos Álex Fernández no pudo batir a Ángel Expósito en el mano a mano. El balón se fue a córner, tras su lanzamiento, el Ribadumia demostró que también es un equipo capaz de hacer daño a la contra. Armó una transición con envío largo de Fandiño y finalización de Mota, previa maniobra de calidad, que se perdió por poco, metiendo el susto en el cuerpo a los locales.
El Ribadumia empezó a encontrarse cómodo con las incorporaciones del lateral Santi (fundamental también su vuelta al equipo) por la derecha, pero el Céltiga con espacios también pudo transitar para volver a avisar. A los 18 minutos el equipo de Manolo Núñez armó una jugada de izquierda a derecha con centro del lateral Santi y remate fuera en el primer palo de Javi Ben.
En el toma y daca encontró el premio del gol el Ribadumia. A los 19 minutos hizo llegar el balón a Cerqueiras, que desbordó a Cantero y tocó lo justo para que Gabi, muy listo, le ganase la partida a los centrales, regateando al portero Toño y rematando al poste, el rechace lo envió al fondo de la red a puerta vacía el propio Cerqueiras.
Tras el 0-1 las urgencias se incrementaron en los locales, que tuvieron el empate a balón parado, pero el remate de cabeza picado de Capi no cogió portería. El equilibrio de fuerzas fue la tónica tras el tanto, Pablo Pillado ofreció la claridad al juego local, mientras que el Ribadumia tuvo que hacer un cambio obligado a la media hora tras un golpe entre cabezas de Manu y Javi Ben, el centrocampista visitante salió mal parado y se retiró con un sensible “chichón” en la frente.
El Céltiga volvió a tener en la botas de Álex Fernández otra gran ocasión, con un remate en el segundo palo que salvó con el pie Expósito. En el área contraria, el central Miguel Vázquez culminó con una volea demasiado elevada una triangulación de cabeza con Abal y Cerqueiras también partícipes.
El equipo local salió muy incisivo en la segunda parte, obligado por el marcador adelantó líneas y asumió más riesgos, mientras el Ribadumia encontró más espacios y menos presión para contragolpear. El partido ya tuvo más imprecisiones, los locales dejaron efectivos descolgados en ataque y la entrada de Jimmy les sostuvo un poco en la medular, mientras el Ribadumia mantuvo el tipo en defensa, sin apenas cometer errores. A los de Carro les faltó leer mejor el último pase en sus acciones de superioridad numérica a la contra.
Manolo Núñez trató de dar más mordiente a su equipo, muy poco incisivo de cara a puerta, con los cambios. El Ribadumia perdió por lesión en una rodilla a Diego Abal a falta de cinco minutos, mientras Toño evitó el 0-2 al meter una mano a remate de Monchito en una contra. Las llegadas del Céltiga no se concretaron en remates. En los locales, Capi también dejó el campo lesionado en una rodilla. El partido se cerró con más emoción que juego.
El Ribadumia sigue siendo la bestia negra del Céltiga los últimos años. Son cuatro victorias y un empate ya en la categoría nacional en las tres últimas temporadas, a la que hay que sumarle el triunfo en Copa Federación este verano.

La crisis se queda en A Illa

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