La dimisión de Lemos acentúa la crisis interna en el Boiro

Jose Luis Lemos dimitió el miércoles por la noche como entrenador del CD Boiro, desencantado con la situación de atrasos en los pagos durante los primeros cinco meses y cansado de mediar entre la directiva y un vestuario tocado y dividido. Lemos se fue justo el día en el que David Places anunció el desbloqueo de los 94.000 euros depositados en AFE y en el que el club pagó la nómina de noviembre. Con el entrenador se marcha su ayudante Rubén García, al que David Places ofreció hacerse cargo del equipo tras la dimisión de su compañero. García declinó la proposición. También se va el preparador físico Iago Martínez. Mientras que son varios los jugadores que han solicitado la carta de libertad, aunque de momento no parece que el club esté dispuesto a que la plantilla pierda efectivos. Ayer dirigió la sesión el entrenador de porteros, Borja Montero, que será el que se siente el domingo en el banquillo en Laracha. La próxima semana el club buscará nuevo entrenador.
“Hace tres semanas que tomé la decisión, estaba esperando a que los jugadores cobraran para irme”, explica Lemos en su relato de lo sucedido estos cinco meses. “Empezamos a entrenar el 25 de julio y el primer mes lo cobramos casi dos meses después, un mal síntoma”. En septiembre ya hubo una reunión del presidente con los jugadores para explicar el retraso en el pago. “Se nos dice que para compensar, vamos a cobrar en los primeros días de octubre”, pero mediado el mes el pago no se realizó.
Justo antes del partido ante el Arosa, la frustración se apoderó del vestuario. “La plantilla ya no quería entrenar, perdimos y aún encima tienes que escuchar ciertas cosas del presidente”, lamenta un Lemos que presentó su dimisión en la jornada siguiente tras el partido de Cangas (22 de octubre). “Le dije que aquello era insostenible, el presidente me dijo que era culpa suya y que iba a cumplir”. Y lo hizo, pagando dos nóminas en apenas dos semanas. Pero desde el 2 de noviembre pasaron dos meses hasta un nuevo pago.
Entre medias, el exentrenador reconoce que hubo desplantes, llamadas de jugadores sin respuesta y promesas incumplidas. “En el puente de principios de diciembre invito a la plantilla a cenar a Coruña y nos dice que va a pagar, pero no lo hace. Tampoco el día 15, cuando me lo encuentro antes del entrenamiento y me dice que nos vemos después, pero no aparece con los jugadores esperando”.
Tras el último partido de la primera vuelta, es el capitán del equipo el que pregunta al presidente por el plan de pagos. “¿Su contestación? Que fue lamentable lo de Ribadumia, que igual les está pagando el doble de lo que merecen”, explica Lemos.
La crisis interna en el Boiro salió a la luz durante las vacaciones navideñas, cuando los jugadores se marcharon sin cobrar y con bastante incertidumbre. El equipo regresó al trabajo el día 26. “Los días 27 y 28 no apareció ningún directivo en los entrenamientos, y tal y como estaba el ambiente decidí suspender el entreno del día 29”.
Justo este miércoles que el club realizó el pago de noviembre, Lemos transmitió a un directivo y luego al presidente su dimisión. Los jugadores trataron de convencerlo, pero fue irrevocable. “A él le descolocó, pensaba que no me iba a ir porque aquí cobro un pastón, y no tengo ningún problema en reconocerlo, pero por todo lo que tuve que aguantar, lidiar y discutir no merece la pena”. El ya extécnico explica que la situación en el Boiro es muy diferente a la de hace dos temporadas, cuando en su anterior etapa el equipo ganó la liga y ascendió. “Son muchas cosas, como lo de viajar en coches a los partidos por ejemplo”. También cree que el presidente ha cambiado. “El Places de la anterior etapa sufría cuando se retrasaba unos días en el pago, al actual no lo conozco”.

“Mentides”
El miércoles, cuando se iba, Lemos quiso despedirse y pasar página, “le tendí la mano, pero no quiso dármela”, dice. Por la noche el club emitía un comunicado en redes sociales anunciando la marcha del técnico como una decisión “consensuada” entre ambas partes. El propio Lemos tuvo que salir al quite para puntualizar que no era verdad. “Mentides”, escribió, antes de aclarar su dimisión.

El malestar de Places
“Me cogió por sorpresa, tuvo tiempo suficiente en vacaciones para decírmelo, no me parece normal dimitir a dos días de un partido”, comenta David Places. “Estamos entrando en una guerra que no deberíamos entrar. Él dirá lo que quiera. Esto no favorece al club para nada, falta por pagar diciembre, que no diga cosas que perjudican al club, estamos a 4 de enero y se debe diciembre, es una situación normal, esto es fútbol no una empresa privada, hay clubes con 3 meses pendientes y solo se habla del Boiro”.
Places carga contra Lemos. Juntos tocaron el cielo en Mieres, les unía una buena amistad, pero ahora todo parece lejano. “Lo de los desplantes no es verdad, si doy mi palabra voy o mando a alguien, ¿es normal que un entrenador me llame a principio de mes para saber cuando se cobra? Él tiene que mirar por lo deportivo y no meterse en historias que no son sus atribuciones, tiene un equipo de lo mejorcito de la categoría y va séptimo”.
David Places no entiende la dimisión ni las explicaciones del coruñés. “Parece que estamos en Vietnan, si él quiere vender esto para justificarse...Creo que se marcha porque ya nunca estuvo, dio problemas desde el minuto uno, con el campo, el riego, el vestuario...protestaba por todo y no se centró nunca porque tuvo al equipo que quiso”.
Acerca del comunicado en redes sociales, Places dice que lo escribió “para no ocasionar problemas al club, armar semejante follón me parece una niñería, intenté quitarle hierro al asunto, busco lo mejor para el club”. El presidente asegura que Lemos “está haciendo todo lo posible para perjudicar al club, está mintiendo”.
Ayer el presidente tenía previsto reunirse con los jugadores, también con el resto de miembros de la Gestora y no descarta hacer una reunión próxima con los socios para aclarar esta crisis interna del Boiro.