El Europeo demuestra que la vela ligera es imprescindible en Vilagarcía

El Europeo demuestra que la vela ligera es imprescindible en Vilagarcía
Jacobo García, a la izquierda, se proclamó subcampeón de Europa Sub 19 de 420 en su ciudad | rfgv

El Campeonato de Europa Júnior de 420 y 470 deja una dulce resaca en Vilagarcía por varios motivos, organizativos, deportivos y económicos. La organización fue un éxito, quedó patente que el Centro Galego de Vela está capacitado para albergar grandes eventos. Tanto la Federación Gallega como la Xunta se volcaron, con el respaldo del Puerto y del Concello. Las condiciones de navegación en la Ría de Arousa son excelentes, prácticamente se completó todo el programa de regatas durante los seis días de competición.

“Todo el personal técnico en Galicia por fin hemos dado un paso adelante en el panorama internacional para sacar adelante un campeonato exigente con una nota muy alta”, explica Bruno Gago, director técnico de la Federación Gallega y del Centro Galego de Vela. “Esperamos seguir en esta línea de crecimiento y acoger otros campeonatos y también períodos de entrenamiento de deportistas internacionales”.


En segundo lugar, el Campeonato de Europa tuvo protagonismo arousano a nivel deportivo con el subcampeonato en 420 logrado por el vilagarciano Jacobo García junto al coruñés Toni Ripoll. La vela gallega sigue siendo referencia internacional en esta clase juvenil preolímpica desde que la Secretaria Xeral para o Deporte lanzó su ambicioso programa de tecnificación. Martín Wizner y Pedro Ameneiro, vigentes campeones del Mundo, y García y Ripoll, que el año pasado ya fueron campeones del Mundo y de Europa en la categoría sub 17, están becados en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva, donde compaginan su preparación durante el año con entrenamientos en el Centro Galego de Vela en Vilagarcía.


“Al introducir la vela en el CGTD conseguimos que nuestros deportistas excepcionales cuenten con un programa de entrenamientos más exigentes”, explica el director técnico. El propio joven regatista Jacobo García relata su día a día durante el año en los dos centros deportivos. “Nos levantamos a 7 de la mañana, desayunamos, vamos a clase 3 horas, 2 horas de preparación física y de nuevo 2 horas de clase antes de la comida. Los martes, miércoles, jueves y viernes viajamos en tren a Vilagarcía para entrenar en el agua algo más de 2 horas y regresamos a Pontevedra”.


El último exponente
García es el último exponente de varias generaciones de talento que durante años dieron el Club de Mar y el Liceo, con el campeón olímpico Antón Paz (ahora entrenador de equipos internacionales de vela ligera)como referente de decenas de regatistas que consiguieron poner al deporte náutico vilagarciano en el mapa nacional e internacional. Tras la desaparición de la sección de vela en la capital arousana, García, con 12 años, se sumó a la diáspora de regatistas y también de técnicos, como Bruno Gago, Ero Pons, Bernardo Paz o Loli Camba, que ahora trabajan para la Federación Gallega.


“Que un sitio como Vilagarcía, que tiene una Ría estupenda para navegar, no tenga un club donde se pueda practicar la vela ligera es un poco desaprovechar esto”, lamenta el deportista de 17 años, que hace cinco recaló en el RCN Sanxenxo y hace tres dio el salto al 420 tras su etapa en Optimist, donde llegó a ser campeón gallego siendo aún infantil. Prácticamente siempre con el técnico Ero Pons desempeñando un papel clave en su formación.


A sus éxitos el pasado año en categoría sub 17 se suma ahora esta plata en casa junto a Ripoll, curiosamente hijo del entrenador catalán de Antón Paz y Fernando Echavarri cuando hicieron historia en la clase Tornado. “Fue un acierto juntarlo con Toni, a base de trabajo y esfuerzo han subido su nivel”, explica Gago. “Jacobo es bueno técnica y tácticamente, tiene una cabeza brillante”.

“Como un sueño”
El subcampeón continental reconoce que “nuestro objetivo era el podio, el último día estábamos terceros y teníamos al cuarto y al quinto cerca, por eso acabar segundos fue genial”. Regatear en casa supuso una ventaja, “conoces las corrientes y lo que hace el viento”, y subirse al podio en la Plaza de Galicia fue emocionante. “Me pareció como un sueño, nunca pensé que se fuese a organizar un Europeo en Vilagarcía, acabar segundos y ver a tus familiares y amigos gritarte me emocionó mucho”.

Ahora tocan unas merecidas vacaciones y el próximo año repetirá en 420 en categoría sub 19. Todavía es pronto para hacer otras cábalas. ·”El salto entre la vela juvenil y la olímpica es muy grande”, explica Bruno Gago, “la vela es un deporte de larga trayectoria, físicamente puede llegar a ser menos exigente que otros deportes, pero la experiencia es muy importante, en los JJOO la media de edad está en torno a los 30 años”. Si bien, la Federación Gallega espera acortar los plazos con su programa de tecnificación.


Por último, cabe destacar el retorno económico que deja el Europeo Júnior en la capital arousana. Durante varias semanas fueron más de cuatrocientos los deportistas procedentes de 28 países, a los que hay que sumarles entrenadores y acompañantes, los que gastaron dinero en la ciudad. La vela ligera no solo es el deporte que le ha dado el mayor éxito de su historia a Vilagarcía, es también un motor económico del sector turístico porque aquí se reúnen una serie de condicionantes que son incomparables con otros lugares de España y Europa a la hora de entrenar y competir.

El Europeo demuestra que la vela ligera es imprescindible en Vilagarcía

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