10º-17º
jueves | 25 abril | 2024
El Xuven confeccionó a principio de temporada una plantilla en la que sus cinco jugadores gallegos debían desempeñar un rol secundario o complementario. Salvo el pívot Yago Estévez, con experiencia en la categoría los dos últimos años en Alcázar, los otros cuatro jóvenes partieron como desconocidos prácticamente en la liga. Juan Carlos Paz y Saulo Sánchez habían jugado algunos minutos como premio a su trabajo diario la pasada temporada, mientras que Samu Barros llegó de EBA y Martín Bello de Primera Autonómica. Pero las circunstancias fueron cambiado con el paso de los meses. Por necesidad debido a las bajas y porque se lo ganaron en el día a día, el “póker galaico” del Xuven está siendo vital en su difícil camino hacia la permanencia, con la primera oportunidad de alcanzar la meta este sábado.
El peso de los jugadores nacionales en el Xuven tras la marcha a Leb Oro de Karamo Jawara y Will Saunders ha sido enorme. Tanto, que acariciar el objetivo a falta de dos jornadas tiene un extraordinario mérito.
Han sido los jugadores gallegos los más beneficiados de este año camaleónico, en el que hasta 16 hombres, el técnico ayudante Alberto Rodríguez inclusive, han vestido la camiseta amarilla en liga.
Yago Estévez (Porriño, 1-12-1991) llegó como cinco de calidad para la rotación. Cumplió con creces ese papel, pero tras la marcha repentina de Jawara le tocó asumir galones. A sus 26 años dio el paso al frente. Está promediando más minutos que nunca en Leb Plata. En los últimos diez partidos: 11 puntos y 7 rebotes en 28 minutos de media en pista. El propio Chiqui Barros lo califica como “fundamental” en el juego del equipo, por toda la influencia que tiene a los dos lados de la pista. Sus registros son incluso más determinantes si se excluye el duelo ante el CB Morón, en el que jugó lesionado y no anotó.
De similar importancia a la del porriñés, se eleva también la influencia de Samu Barros en el equipo. Capaz con 19 años de jugar en Leb Plata con la misma solvencia que lo hizo el año pasado en EBA en el Baloncesto Narón, donde promedió 15,3 puntos y 3,4 asistencias en algo más de 30 minutos de media. En la categoría de bronce del basket español está más de 29 minutos en pista y supera los 10 puntos, 2 rebotes y 3 asistencias por partido.
Barros, lejos de amilanarse ante la etiqueta de hijo del entrenador, está jugando con una madurez y a la vez con un desparpajo que no acostumbran a ser acordes con chicos tan jóvenes. Por eso su rendimiento no está pasando desapercibido en la liga y en los técnicos de la FEB, que lo siguen de cerca. Pareja exterior de Juanchi Orellano, que es el faro de este Xuven, el joven ferrolano ha conseguido mantener una regularidad en su juego poco habitual en debutantes. Y es que asumió con naturalidad un rol principal prácticamente desde el principio.
El coruñés Martín Bello saltó dos categorías este verano. Tras ascender con el Basket Coruña a EBA la temporada pasada con Chiqui Barros en el banquillo, su fichaje fue una apuesta personal del entrenador. A sus 20 años, Martín ya es uno más en Leb Plata. Posee un físico espectacular y trata de aprovechar todas las oportunidades que le ofrece el técnico ferrolano. Promedia más de 8 minutos por partido y ha anotado 16 triples.
Juan Carlos Paz (20 años) es el corazón del Xuven. Un canterano que siente, sufre y vibra de amarillo. Solo hay que ver como vive los partidos desde el banquillo. Su mentalidad y sus ganas por mejorar le permitieron dar un paso adelante el pasado año con Manu Santos en el banquillo. Esta temporada se ha hecho mayor, jugando minutos importantes y aportando esa intensidad en defensa de la que algunas veces adolecieron sus compañeros. El grovense Saulo Sánchez, de 21 años, no solo es fundamental en el día a día, también Chiqui Barros le da ido dando protagonismo en la rotación exterior y en momentos muy importantes de los partidos, lo que también le está permitiendo afianzarse en la liga. Y es que en esta complicada temporada, la irrupción y consolidación de los jugadores gallegos en el Xuven está siendo uno de los aspectos más positivos. La mitad de la plantilla actual es autóctona.
