Jéssica Bouzas: “Llegará un punto en el que el tenis se acabe. Lo importante es tratar de ser buena persona”

Jéssica Bouzas: “Llegará un punto en el que el tenis se acabe. Lo importante es tratar de ser buena persona”
Jéssica Bouzas, ayer en las pistas de O Rial, donde empezó a jugar cuando era un niña y se sigue entrenando cada vez que viene a Vilagarcía | Mónica Ferreirós

Jéssica Bouzas ha disfrutado de unos días en Vilagarcía, pero sin posibilidad de dejar la raqueta de lado. La joven de 22 años ha venido a casa a recargar pilas, a la vez que ha estado entrenando duro, a las órdenes de su preparador físico Jaume Ros en las pistas de O Rial, el club donde empezó a jugar desde niña. 


Consolidada como una de las mejores tenistas del mundo (número 50 del ranking) y tras alcanzar los octavos de final de Wimbledon, firma autógrafos y posa con una sonrisa con todos los niños y niñas arousanos que la idolatran. Bouzas Maneiro destila carisma. Se siente muy a gusto en el club donde comenzó todo.  Y se toma unos minutos tras su sesión para atender a Diario de Arousa y charlar sobre el momento deportivo y personal por el que atraviesa, justo antes de marcharse a Madrid para enfilar ya una larga gira americana en la que jugará los WTA 1000 de Montreal, por primera vez, y de Cincinnati antes del US Open, el cuarto Grand Slam de la temporada.


Jéssica reflexiona sobre su trayectoria y su conexión con Vilagarcía. Expresa gratitud por el apoyo recibido desde pequeña y habla de la importancia de inspirar a las nuevas generaciones y de sus desafíos en el circuito profesional, reconociendo que el camino es largo y que hay altibajos. La tenista no pierde la humildad, una de sus señas de identidad.

 

¿Reconforta volver aquí rodeada de niños y niñas que te admiran?
Sí, mucho. Es súper bonito encontrarme con toda la gente del club que me lleva viendo desde pequeña y me sigue apoyando. Y sobre todo los niños, al comprobar que tienen ilusión por verme. No hace tanto yo era una de ellas y ser ahora su referente me llena de orgullo. Me encanta volver al sitio que fue mi casa durante tantos años.

 

 

Quizá inspires a alguno que sueña con seguir tus pasos...
Ojalá. Quién iba a decir que iba a salir una tenista de Vilagarcía. Mi objetivo es que todos sigan creyendo que aquí también se puede jugar al tenis y pueden salir cosas muy bonitas. Lo fundamental es promover que se siga jugando, que los niños tengan ganas y esa motivación.

 

Hace una década que hiciste las maletas y te marchaste a Alicante. ¿Cómo lo analizas ahora con perspectiva?
Pues pienso más en ello al ver a niños de 12 o 13 años, la edad en la que yo me estaba yendo de casa. Lo pienso y digo: madre mía. No sé si a día de hoy, siendo mayor, lo hubiese hecho, pero bueno, creo que todo pasa por alguna razón y que siempre te llevas un aprendizaje de cada decisión que tomas. En ese momento fue la que tocaba y estoy súper agradecida con todo lo que ha sido mi carrera hasta ahora. Con la gente que me ha acompañado, ya sea aquí en el Rial, Dani Otero, Manu Acuña y todos los socios, como después con la Academia Ferrer, donde me acogieron y me abrieron sus puertas con muchísimo cariño.

 

Desde fuera vemos que estás en continua progresión, tanto en juego como en resultados. ¿Lo sientes así?
Bueno, yo creo que sí, que al final hay mucho progreso. Creo que tuve un pequeño error, quizá el año pasado, y fue pensar que siempre va a haber cosas bonitas. Cuando alcanzas unos determinados puestos en el ranking quieres más, pero no siempre van a ser buenas noticias, a veces te vas un poco más de ranking, tienes que mantenerte y es muy duro. Creo que es un aprendizaje que he tenido este año, el entender que el camino es muy largo y que al final esto es un trabajo constante y diario. Sé que va a haber momentos buenos y momentos malos, pero sobre todo sé que el trabajo diario fuera y dentro de pista es lo que me va a hacer estar satisfecha conmigo misma.

 

Poco a poco has ido siempre hacia arriba, supongo que eso te hace confiar mucho en el proceso.
Sí, totalmente. He ido hacia arriba y también he tenido momentos quizá un poco más de bajones. Me costó meterme top 100 y el principio de este año digamos que no fue espectacular. Creo que ha habido un poco de todo, pero lo importante es que siempre hay esas semanas buenas y ese progreso que se está viendo. Y eso es con lo que me quedo. Es motivador para seguir.

 

¿Hasta qué punto te afectan los resultados? ¿Cómo los gestionas?
Depende mucho de la clase victoria o derrota. Por poner un ejemplo, esta derrota que tuve en Wimbledon la asimilo muy tranquila y satisfecha con mi trabajo. Cuando lo dejas todo en pista, cuando trabajas bien fuera, cuando intentas hacer todo lo posible porque salga bien y no sale, pues al final solo te queda ver en que puedes mejorar y aplaudir a la otra porque lo ha hecho mejor que tú. Después hay otro tipo de derrotas que te dejan un poquito más tocada. Pero todo es cuestión de entender que cuando hay victorias no eres la mejor del mundo y cuando hay derrotas tampoco la peor.

 

A largo de los últimos años has ido ganando experiencia. ¿En qué aspectos notas que eres más madura ahora?
Antes ciertos torneos eran como las primeras veces o primeras situaciones en muchas cosas. Ahora ya lo normalizo mucho más. El hecho de estar en una pista central como la de Australia jugando contra la número uno del mundo o jugar en la central de Wimbledon ante la vigente campeona son experiencias vividas que te ayudan. Ahora voy a esos torneos y ya he pasado por eso y sé que puedo con cualquier reto. El estar asentada en el circuito hace que todo lo normalice mucho más, me siento parte de ello y soy consciente de que mi tenis me permite estar ahí y que lo merezco, al ver que soy capaz de competir contra jugadoras que antes sólo veía por televisión. Ahora las tengo enfrente y veo que puedo ganarles.

 

¿Notas el respeto por su parte?
Sí, bastante, pero como digo trato de darle normalidad. Antes las veía por la tele mientras yo estaba en torneos más pequeños  y ahora juego contra ellas y veo que compito y que se le puede ganar a cualquiera. Obviamente hay jugadoras muy buenas y están ahí porque tienen una regularidad mucho mejor que otras, pero se ha demostrado muchas veces que hasta los número uno pueden perder.

 

A principio de año no conseguiste demasiadas victorias, pero las sensaciones de juego no eran malas. ¿No crees?
Totalmente. También es verdad que cambió mucho el tipo de torneos respecto al año anterior. En el 2024 estaba jugando torneos 50.000 y ahora estoy en los WTA 1000, por lo que las rivales son diferentes, desde primera ronda te exigen un nivel altísimo. Antes con un nivel un poco peor podía ir zafando rondas, pero en estos torneos tienes que estar al 200% de rendimiento porque las que tienes enfrente son muy buenas. Mi mentalidad creo que cambió mucho. A principio de año me centraba demasiado en el ranking y en los puntos que tenía que defender o podía ganar. No llegaban buenos resultados y al final no estaba pasándolo bien mentalmente. Pero ahora nunca me centro en el ranking, sino en trabajo diario y de ahí llegan los resultados y la evolución.

 

Hablas del aspecto mental y en muchos torneos vemos a tu psicóloga Raquel Mejías al lado de tu entrenador Róber Ortega. ¿Hasta qué punto te ayuda y en qué te ayuda?
Yo soy muy partidaria de que Raquel viaje conmigo, sobre todo en torneos en los que hay más nervios o tensión. A mí me ayuda muchísimo porque al final es la persona que más me conoce o con la que me abro más. Me ayuda en situaciones que otra persona no me conseguiría ayudar. Obviamente Roberto, que es mi entrenador, me conoce muchísimo también, pero al final sigue siendo un entrenador, tampoco puede hacer de psicólogo. La preparación física y el fisio también es súper importante, pero en mi caso cuando voy con ella estoy más tranquila y tengo buenos resultados. Dentro de pista tengo mucha complicidad con Róber y ella nos ayuda a ambos. Por ejemplo, si de repente hay un conflicto o un pique, cosas que pueden pasar porque hay mucha tensión y nervios, hay una persona que dice: vale, está pasando esto, vamos a tranquilizarnos. Nos ayuda a seguir con el partido. Y después ya no solo se trata de hablar del tenis, es  una psicóloga que me ayuda personalmente, que creo que es súper importante en la vida de una persona normal y también en la de una deportista de élite. Es algo fundamental.

 

Muchas veces nos centramos en el deportista y sus resultados y nos olvidamos de la persona que hay detrás. 
Eres tenista durante muchas semanas del año y acabas adoptando como un “papel”, pero después está la persona real, la persona normal. Por ejemplo, vengo aquí y es donde más me siento yo misma. Por eso me gusta tanto venir a Galicia y estar con la gente que me conoce desde que tengo cinco años, y con mi familia, que jamás me va a tratar como la tenista. Por suerte también tengo un grupo de amigos de toda la vida, y que me llevan apoyando desde el inicio. En cualquier deporte de élite a veces es complicado mantener los pies en la tierra y se pierde la perspectiva, pensando cosas que no son. Llega un punto que se acaba y dejas de ser tenista, por eso lo más importante es tratar de ser buena persona y seguir siendo siempre igual.

 

¿Cómo llevas la gestión de la fama? ¿Te molesta o te gusta?
Es el precio que hay que pagar de esto y no lo veo como algo malo. Es resultado de lo que estoy consiguiendo. Siempre he soñado con ser tenista profesional y hacer cosas grandes, por lo que lo otro va un poco de la mano. La verdad es que no me puedo quejar y me siento muy agradecida de la gente que me sigue y me conoce.

 

Con tanto tiempo al año en diferentes partes del mudo, ¿cómo llevas la morriña?
Pues mira, de España tengo mucha. La gente, la comida, el clima... Es uno de los mejores países del mundo. No lo cambio por nada. Y de Galicia muchísima. Siempre va a ser mi casa. Me veo en el futuro, siendo mayor, viviendo aquí. Como dije es donde más me siento yo. Es mi lugar favorito del mundo, sin duda.

 

¿Llevas la cuenta de todos los países en los que has jugado?
No (risas). De hecho a veces cuando me hablan de un determinado sitio tengo que pensar si he estado o no.

 

¿Qué objetivos te marcas en lo que resta del año?
Voy a ir torneo a torneo, que es la idea con la que ha afrontado estos últimos meses. La verdad es que tengo muchas ganas de volver a la competicion. A veces vas con mucha motivación y no sale bien y otras veces en las que no vas con tantas expectativas pues salen mejor las cosas. Lo importante es que voy con el trabajo hecho con mi equipo.

 

En septiembre tendrás la fase final de la Billie Jean King Cup en China. ¿Te ilusiona tanto como parece?
Sí, sí. Llevo dos eliminatorias con la selección y en la última pude jugar. Estar ahí representando a España siempre ha sido uno de mis sueños. Creo que tenemos un equipo muy bueno y muy buen rollo. Es una semana en la que juegas en equipo y es divertido. Espero estar, si Carla Suárez (la capitana del equipo español) así lo decide, y disfrutarla mucho

 

La última. ¿Por qué crees que te creces siempre en los grandes escenarios?
No lo sé, la verdad. No me mentalizo para jugar mejor en un sitio u otro. Pero disfruto mucho los grandes torneos. Viajo con más gente del equipo y el ambiente es bueno. Simplemente hay más facilidades y eso me hace estar también más cómoda en pista. 
 

Jéssica Bouzas: “Llegará un punto en el que el tenis se acabe. Lo importante es tratar de ser buena persona”

Te puede interesar