La misma cruz de todo el año

La misma cruz de todo el año
Deporte Campeón-2019-05-02-016-74f8070c

El Ribadumia sufrió ayer un revés ante el Paiosaco, rival directo,  y terminó con derrota y desquiciado un partido en el que de nuevo fue superior en el juego pero inferior en las áreas. Y es que lo mejor de la primera parte para el Paiosaco fue el pitido final. No es que el Ribadumia pasase por encima del equipo de Juan Riveiro porque ni siquiera fue capaz de tomar ventaja en el marcador, pero dominó, tuvo el control de la pelota y disfrutó de las mejores ocasiones, incluido un tiro muy cerca de la cruceta de Óscar.

El Ribadumia, un equipo plagado de importantes bajas y con una idea de juego claramente combinativa teniendo en cuenta el fútbol que se practica en el grupo 1 de Tercera, se estructuró en un 1-4-4-2 con Manu, habitual mediocentro, en la posición de central diestro aportando muchísima claridad en la salida de balón, con una pareja de medios –Óscar y Gabi– siempre dispuesta a ofrecer solucines asociativas, con Cerqueiras abierto en la derecha y Tomás partiendo desde la izquierda pero alternando fuera y dentro y volviéndose impredecible para carrilero y central derecho del Paiosaco. Aarón Paredes, el delantero, jugó primero con Fandiño de segundo punta y, cuando este se lesionó, Eloy saltó al campo para ocupar la misma posición. El equipo visitante tuvo las mejores ocasiones del primer tiempo. En el 18, Fandiño le ganó la posición con el cuerpo a Iriso, cedió el esférico a Aarón y este, desde la frontal, envió fuera pero cerca del palo derecho de Dani. En el 31, Santi puso un gran centro desde la derecha para Eloy, que no cabeceó bien pese a entrar totalmente solo en el segundo palo. Por último, en el 43, Óscar lanzó un zapatazo desde fuera del área y la pelota golpeó la parte inferior del larguero, muy cerca de la cruceta. 

Acostumbrado a variar el sistema, el Paiosaco salió con línea de cinco atrás –Iriso, Ventola y Beto como centrales; Bilal y Pablo como carrileros–, con un doble pivote formado por Javi Fuentes, que mantuvo su posición por delante de la defensa, y Barba, con más libertad para soltarse hacia delante tanto en conducción como en el trabajo defensivo, con Josiño de mediapunta, aunque en ciertos momentos dejándose caer al costado izquierdo, y con una pareja de delanteros compuesta por Otero, en fase defensiva extremo derecho, y Eloy, el futbolista más avanzado del equipo que solo abandonaba su posición de punta para caer a las alas en saques de banda a favor o en los lanzamientos de puerta de Dani Moreno para tratar de dominar las disputas aéreas.

Cuatro minutos antes del último susto que le había dado el Ribadumia, Juan Riveiro modificó su dibujo, dejando una línea de cuatro defensas –Ventola, Iriso, Beto, Pablo–, cuatro centrocampistas en línea –Bilal, Barba, Javi Fuentes, Josiño– y dos delanteros –Otero, Eloy–. El primer acto llegó al final con un remate de Bilal en el segundo palo tras centro de Pablo desde la izquierda. Uno de los pocos aspectos del juego en el que el Ribadumia no estuvo nada bien –ni en lanzamientos, ni en remates, ni en acciones defensivas– fue el balón parado. Y el Paiosaco, que se mueve como pez en el agua cuando los partidos adquieren tintes caóticos, de desorden e ida y vuelta, consiguió anular, en el segundo tiempo, el dominio del Ribadumia y hacer un golazo en un saque de esquina. El lanzamiento de Josiño desde la izquierda fue tan perfecto como el salto y el cabezazo de Otero, que llevó la pelota (1-0) a la parte interior de la palo izquierdo de Pazos. El guante del ‘capi’ sirvió de asistente también en el 2-0, ya en el 88 y con el Ribadumia jugando con Gabi y Tomás como mediocentros y con dos delanteros centro (Hugo y Aarón). 

El tiempo añadido fue el perfecto reflejo del resultado final. El Paiosaco sentenció con el gol del Bilal y el Ribadumia, desquiciado, acabó con Javi y Hugo expulsados.

La misma cruz de todo el año

Te puede interesar