Marcos Blanco fue el revulsivo del Portonovo ante el Arenteiro

Machada del Portonovo para empezar el año, pues si toda remontada tiene un extra en lo que a meritorio se refiere, si el rival es el Arenteiro, que llegaba colíder a Baltar, el mérito es más que doble. El partido se inició con dominio visitante. Pasados los primeros 10 minutos Barberá adelantaba a los visitantes, y el resto de la primera mitad supo ejercer un dominio similar con autoridad. Sería injusto decir que el Portonovo fue un juguete en las manos del Arenteiro, pero lo cierto es que fueron los visitantes quienes dispusieron de la posesión y de las ocasiones, que sin ser numerosas, inquietaron tanto a jugadores como a la grada local.
Tras la reanudación el partido cambió. Los arlequinados se vieron más atrevidos, forzados, en parte, por su desventaja en el macador, mientras que los visitantes, con la victoria en esos momentos en el bolsillo, se confiaron, quizá excesivamente. Lo cierto es que ahora era el Portonovo quien pisaba más el área contraria, sin ver un peligro claro en las contras visitantes.
La constancia arlequinada tuvo su premio cuando Marcos, salido tras el descanso, igualaba el partido en el minuto 73. Prácticamente 10 minutos después, en una falta en la misma línea de cal del área, Marcos haría el 2-1 definitivo de falta directa, culminando la remontada y su brillante actuación, que le vale al Portonovo para poner tierra de por medio con la zona baja de la tabla. Marcos fue el gran protagonista de la victoria.