Una marea de aficionados se volcó con la crono

Al igual que ocurrió el pasado año, el primero en el que La Vuelta tocaba O Salnés, una marea de aficionados se volcó con la primera etapa convirtiendo carreteras y cascos urbanos atravesados por los corredores en un reguero de seguidores incondicionados al deporte de las dos ruedas.
La espectacularidad de la batea desde la que tomaron la salida los ciclistas fue, sin duda, un fuerte polo de atracción. Fuentos cientos de personas las que ayer se acercaron a Vilanova para “enteder” la transformación de la plataformación de una plataforma que permitió a los profesionales pedalear sobre el mar y a toda la Ría mostrar su encanto más identificativo: su vinculación con el mar.
Y es que la mayor parte de la crono discurrió paralela a la costa y en cada rincón los corredores eran esperados con paciencia e ilusión por arousanos dispuestos a disfrutar y a valorar la importancia de contar en estas tierras de una etapa de La Vuelta. Y muchos, no dudaron en utilizar la bicicleta para alcanzar un privilegiado observatorio de la prueba.