María Vilas recupera la sonrisa

María Vilas recupera la sonrisa
La nadadora ribeirense María Vilas están inmersa en el camino preolímpico | da

María Vilas Vidal, la “serea de Castiñeiras”, está de vuelta con ánimos renovados. La nadadora ribeirense, olímpica en los pasados Juegos de Río donde fue decimonovena en 800 libre y 400 estilos, está inmersa en la carrera preolímpica para llegar a Tokio 2020. Ahora sin la presión, la ansiedad ni la exigencia extrema que la llevó a abandonar el deporte profesional hace tres años.

Con calma y más madura, pero con la misma clase que la convirtió en una de las deportistas estelares arousanas, la ribeirense a sus 23 años ha encontrado en Pontevedra el ecosistema favorable para retomar el deporte de alta competición. Bajo el mando de Luisa Domínguez, entrenadora el CGTD, ha ido progresando mucho en los últimos meses para acercarse a lo que ella misma fue en la piscina y también en aguas abiertas.

Tiene ambos frentes abiertos para luchar por llegar a Tokio. Y es que forma parte del equipo nacional de Aguas Abiertas, en grupos de seguimiento y preparación de la Federación Española. Si bien ha encontrado un estado de forma óptimo a nivel físico para volver por sus fueros en la piscina. De hecho, hace tan solo unas semanas tuvo excelentes sensaciones en el Campeonato de España de Invierno celebrado en Gijón, allí fue oro en 800 libre y se colgó la plata en 400 estilos, obteniendo las mínimas para acudir al Europeo de piscina corta que se está disputando en Glasgow, donde compite su compañera Bea Gómez.

La ribeirense renunció a ir a Escocia para acudir a Brasil a entrenar en una concentración de aguas abiertas con la campeona del mundo Ana Marcela Cunha. Ya el año pasado participó en Portugal en sesiones de entrenamientos de máximo nivel, rodearse de los mejores de la disciplina le sirve para aprender y mejorar, y lo ha priorizado a competir en un Europeo, donde tiene bastantes experiencia de su etapa anterior.

Vilas lleva una semana en Brasil y afrontará una prueba en Manaos, en las orillas del río Negro en el noroeste del país, de 8,5 kilómetros en pleno Amazonas. Está preparando la distancia olímpica de 10.000 metros con vistas al mes de febrero, que es cuando se disputará en Doha la clasificación para el preolímpico que se celebrará en mayo en Japón. En el pasado Mundial las diez primeras lograron su billete a los Juegos, la ribeirense fue trigésimo tercera a dos minutos de Paula Ruiz, que fue vigésimo cuarta. Ambas meter a España en una de las 15 vacantes existenets. Vilas deberá ganarse ser la representante nacional en Tokio consiguiendo la plaza. Compaginará las pruebas de aguas abiertas con la distancias en piscina de 1.500 y 800. También buscará en el Open resultados que le acercan a la posibilidad de ser olímpica en la piscina.

Ya ha ganado

María Vilas empezó a competir a nivel internacional muy pronto, hace 8 años ya fue campeona de Europa júnior en 1.500 metros. Con tan solo 19 años dejó Pontevedra y Ribeira para trasladarse al Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, donde trabajó en el grupo de entrenamiento de Fred Vergnoux, entrenador de Mireia Belmonte. Logró su objetivo de llegar a Río y fue bronce europeo de 1.500 libre por detrás de la húngara Boglarka Kapas y de la propia Mireira Belmonte, leyenda de la natación y del deporte olímpico español. Pero todo los éxitos logrado por la joven arousana tuvieron un precio muy alto. Llegó a aborrecer la natación y a dejarla de lado. Ahora ha regresado, con fuerza, sus medallas en el Nacional de Invierno así lo demuestran. Fue “el mejor campeonato de mi vida”, dijo al terminar exultante.

Pase lo que pase a lo largo de los próximos meses y consiga o no volver a estar en unos Juegos Olímpicos, María Vilas ya ha ganado con su regreso, ha dejado atrás la parte más sombría del deporte de competición y vuelve a disfrutar de la natación al máximo nivel. María Vilas recupera la sonrisa.

María Vilas recupera la sonrisa

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