La nueva norma en la que pagan entrenadores por pecadores

Corría el minuto 69 de partido en el campo de La Junquera, el CJ Cambados estaba ganando con claridad al filial del Pontevedra por 0-3 el domingo por la mañana en la primera jornada de liga de Preferente Sur. Se produjo entonces un parón de varios minutos hasta que el árbitro dejó entrar en el campo al visitante Jorgito, al que se le había roto una bota. La acción desencadenó en protestas desde el banquillo visitante y el colegiado se acercó al mismo y mostró tarjeta roja al técnico Edu Charlín.

El entrenador cambadés se quedó “a cuadros”, no entendía nada y preguntó al trencilla el motivo de su expulsión. “¿Yo? ¿Por qué?” repetía Charlín, perplejo. “Usted está expulsado como máximo responsable del banquillo”, fue lo que le dijo el árbitro. Al final del partido, ya en frío, el entrenador del CJ Cambados volvió a pedir explicaciones al colegiado. “Me dijo que lo sentía, pero que hay una nueva norma que establece que si no se identifica al infractor en el banquillo la responsabilidad recae en el entrenador”. Y así lo redactó en el acta, donde escribió que Edu Charlín fue expulsado “por dirigirse a mí, desde el banquillo, sin identificar al infractor bajo los términos: “¡Hostia! ¡Espabila chaval, no te enteras de nada!”.

En el Cambados creen injusta la aplicación en este caso de la nueva norma y tienen previsto ponerse en contacto con la Federación, con el objetivo de recurrir una posible sanción a su técnico. “Yo estoy pendiente de lo que pasa en el campo, no puedo estar pendiente de lo que pasa en el banquillo también, para eso tiene al delegado para preguntarle”, sostiene el cambadés. “Si ahora me meten cuatro partidos por no haber dicho nada me parece muy injusto y condiciona al equipo”.

La norma establece que “el árbitro podrá mostrar tarjeta amarilla o roja a los miembros del cuerpo técnico que no actúen debidamente. Si no fuera posible identificar al infractor, se sancionará al entrenador de mayor rango presente en el área técnica”. Edu Charlín ha sido la primera víctima en el fútbol de O Salnés de la norma. A la espera de que se unifiquen criterios arbitrales tras unas primeras jornadas en las que siempre generan cierto desconcierto las nuevas reglas, sobre los entrenadores recae este año también la responsabilidad del comportamiento y las protestas de todos los integrantes del banquillo.
A Charlín le quedó el consuelo de haber ganado el partido (2-3), aunque todavía le dura el enfado por su expulsión, ya que entiende que su comportamiento durante el partido fue respetuoso en todo momento.