La semilla de un Arosa edificante

La semilla de un Arosa edificante
Grupo de niños y monitores que conforman parte de la Escuela de Fútbol del Arosa 2013-2014, que concentra su actividad semanal en Fexdega emilio moldes

El Arosa se ha convertido a lo largo de los últimos años en un club modélico en Galicia a nivel económico y social. Referente en Tercera División al superar los 2.000 socios, liderando el ránking de afluencia de espectadores en A Lomba y a punto de saldar por completo y en plena crisis económica una deuda que superaba los 200.000 euros. El club se consolida también como referente a nivel deportivo. Con 256 licencias federativas y 16 equipos. Su cantera ha recobrado el brillo de décadas pasadas. Vuelve a estar al nivel de los grandes de Galicia (Celta, Depor,  Pabellón...), con un total de 15 formaciones en categorías federadas, destacando el juvenil A que milita en Liga Nacional, y los cadetes e infantiles que están en la máximas competiciones (División de Honor y Liga Gallega).
Para ello cuenta con una estructura amplia de base, en la que el primer peldaño y la semilla la conforma la Escuela de Fútbol. Casi medio centenar de niños de edades comprendidas entre los 3 y los 6 años que disfrutan de su primer contacto con la pelota y que contribuyen a que la familia arosista supere los tres centenares de deportistas.
David Paredes “Duvi” es el director de la Escuela, que sirve para nutrir cada año a los equipos prebenjamines. En el Arosa apuestan por la cautela y el sentido común con estos niños. Rechazan participar en competiciones externas y solo acuden a alguna concentración puntual a partir de este mes. Con estos niños trabajan cuatro monitores. Todo está encaminado al aspecto recreativo y a que los protagonistas se relacionen con el juego, los compañeros y los entrenadores. Dividen a los niños en varios grupos que entrenan martes y miércoles en el recinto de Fexdega, donde los viernes organizan partidillos. La cuota anual es de 180 euros y los “biberones” reciben una equipación del club.
Más allá de dar los primeros pasos a nivel deportivo, la Escuela supone otro refuerzo social para la entidad en una temporada histórica en ese apartado. “Cada vez se ven más niños con sus padres en A Lomba los días de partido del primer equipo”. Para eso también sirve la Escuela, para “hacer arosismo”.
 Desde que iniciaron la actividad hace varios meses es constante la fluctuación en la asistencia a entrenamientos y partidos. “Vienen muchos niños de 3 años, pero son tan pequeños que se dispersan, como es lógico”, explica el director de la Escuela. Los monitores son Quique Oriola, Pedro Carregal y los jugadores del primer equipo Adrián Camiño y Eloy Fariña, “siempre realizan juegos para calentar y para la parte de fundamentos técnicos, hay un componente más lúdico que formativo, lo importante es que los niños se lo pasen bien y se sientan cómodos en esta dinámica”.
A partir de primavera y coincidiendo con los partidos del primer equipo en casa, los niños de la Escuela disfrutan cada año de su momento de esparcimiento en A Lomba, donde se exhiben en los descansos de los partidos del Arosa, este año en Tercera División. Además también organizan algún viaje para participar en las concentraciones que lleva a la cabo la Diputación, sobre todo para que los protagonistas se relacionen con otros niños en un entorno diferente.

La semilla de un Arosa edificante

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